El sábado día 17 los socios de la Asociación de Amigos de Unamuno tuvimos el placer de visitar la Casa Museo Unamuno. De la mano de su directora Ana Chaguaceda y de la becaria y vocal de la Asociación Marta García Gasco, pudimos hacer un recorrido por la casa y la vida de D. Miguel.
D. Miguel de Unamuno vivió en esta Casa Rectoral desde el año 1900, en que siendo catedrático de Lengua Griega de la universidad fue nombrado  Rector, hasta finales de 1914. En este año pasó a habitar una vivienda en la calle Bordadores.
En esta casa Rectoral, escribió Unamuno la mayor parte de sus poemas y algunos de su célebres libros, cuentos y artículos periodísticos.
En esta casa nacieron sus cuatro últimos hijos.
La visita comenzó en el Salón Rectoral donde se conservan los muebles y detalles que acompañaban a D. Miguel, En la primera planta está el antiguo comedor de la familia y la biblioteca personal del escritor, que consta de seis mil volúmenes , muchos de ellos dedicados por los autores a Unamuno y algunos anotados de su puño y letra. Se conserva en esta habitación la chimenea de mármol gris junto a la que solían leer sus hijos. En la misma estancia está la mesa camilla y su mecedora y de fondo la parra a la que dedicó el poema: ”La parra de mi balcón”
También pudimos pasear por su despacho, con su escritorio y los portaplumas con las que le gustaba escribir y que él mismo confeccionaba.
Su habitación guarda en un armario convertido en vitrina objetos personales de Unamuno como sus gafas de miope, el crucifijo que le acompañó siempre, su boina tan característica, el bastón que le servía de apoyo en sus paseos por el campo, su toga de rector, también el atril donde le gustaba escribir y leer, ya que lo hacía tumbado en la cama y la maleta con la que partió al exilio.
Es de destacar la buhardilla, destinada al trabajo de los investigadores que desean hacer uso del archivo y biblioteca unamuniana. En este lugar pudimos hojear el manuscrito de Niebla y algunas carpetas con correspondencia entre Unamuno y escritores de la época como Rubén Darío o Valle Inclán entre otros. Nos mostró su directora los cinco cuadernillos en tapa negra que guardan el manuscrito de su “Diario final”, todo un lujo poder sentir tan cerca a D.Miguel .
El museo es guardián del legado de Unamuno, qué mejor  lugar para preservar  lo que fue su vida y su obra y para cumplir el deseo que Unamuno expresó en su poema a Salamanca:
Cuando yo me muera,
guarda, dorada Salamanca mía,
tú mi recuerdo.
Y cuando el sol al acostarse encienda
el oro secular que te recama,
con tu lenguaje, de lo eterno heraldo
di tú que he sido
 
¡Gracias Ana Chaguaceda y Marta García por la visita, tan enriquecedora, que nos ofrecisteis!