La catedrática de Literatura Española e Hispanoamericana de la USAL, Francisca Noguerol, impartió en la Sala de La Palabra del Teatro Liceo, la conferencia: ”Unamuno y sus libros de viajes”.
Unamuno a lo largo de su vida tuvo pasión excursionista, él aunaba los conceptos de país, paisaje y paisanaje, era su manera un modo de hacer geografía espiritual.
Comparte Unamuno la idea de Azorín, cuando dice que “la base del patriotismo es la geografía”. Habrá un nacionalismo común a las diferentes disciplinas artísticas, como la músical, con Albéniz, Falla, Granados… y la pictórico, con Zuloaga.
Los libros de viaje de Unamuno, crean el símbolo universal a partir de un detalle del mismo. Unamuno piensa mientras pasea, defiende el viaje a pie, en contra del automóvil y está en contra del turismo que persigue clichés.
Plenitud, silencio, introspección, es lo que sintió al visitar Granada y seguramente muchos otros lugares como cuando visitó Gran Canaria en 1910 y los pueblos del interior, como Artenara, donde hay un mirador que recuerda este viaje a la isla de Unamuno, a la que dedicó un texto bellísimo.
Siente interés por conocer las lenguas de los lugares que visita: portugués, catalán, gallego y también la idiosincrasia de sus gentes.
Unamuno mira desde otro punto de vista la naturaleza y es retratado muchas veces en actitud paseante, como el cuadro realizado por Mª Cecilia Martín Iglesias en que pasea por la carretera de Zamora.
Unamuno era hostil a Sorolla y admirador de Zuloaga. Reivindica el campo frente a la ciudad, los claroscuros frente al colorismo. Zuloaga era su gran amigo, con el que compartió una forma de ver. Éste no era querido por los vascuences, ni en Europa, por representar una España negra. EN 1908, Unamuno escribe un artículo: ”Zuloaga el Vasco” donde lo defiende.
Unamuno dirá: Soy de los que creen que nosotros los vascos, somos los que mejor conocemos lo castellano.
Zuloaga conoce muy bien lo español, lo castizo y frente al retrato que de D Miguel realizó Sorolla, sin terminar y frío, sin atisbo de conocer al personaje retratado, está el cuadro de Zuloaga, donde no falta detalle y se plasma lo bien interiorizado que tenía al escritor.
Se une la complicidad pictórica de Zuloaga con la literaria de Unamuno.
«No ha sido en libros donde he aprendido a querer mi patria, ha sido recorriéndola», esta es la frase final con la que terminamos estas breves notas de la conferencia de F. Noguerol, a la que agradecemos que nos haya instruido en el aspecto viajero de D. Miguel.