Miguel de Unamuno, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Salamanca

Miguel de Unamuno, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Salamanca.

Fue en 2012 cuando el Ayuntamiento de Salamanca presidido por Alfonso Fernández Mañueco, restituyó a Unamuno su acta de concejal, nombrándole al mismo tiempo Hijo Adoptivo de Salamanca y concediéndole la póstuma Medalla de Oro de la ciudad, recuperando con estos gestos la memoria política y social del vecino más ilustre que ha tenido la capital charra.

La Universidad de Salamanca se sumó el pasado día 6 de marzo al reconocimiento universitario a don Miguel de Unamuno y Jugo, con motivo del centenario de su destierro a Fuerteventura en 1924, concediéndole la máxima distinción académica que otorga el Estudio desde su fundación, traducida en el Doctorado Honoris Causa a título póstumo, en un protocolario acto institucional. siguiendo el procedimiento ceremonial en lengua latina, establecido en sus Estatutos.

La comitiva presidencial, formada por el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; el rector de la Universidad, Ricardo Rivero; el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo; el presidente del Consejo Social de la Universidad, Ignacio Sánchez Galán; el ofreciente de Laudatio, Pablo Unamuno; la directora de la Casa Museo Unamuno, Ana Chaguaceda; y la nieta receptora del doctorado, Salomé de Unamuno,  se detuvo ante la puerta del Paraninfo para descubrir en el lienzo de la pared inmediata el Vítor del  futuro doctor Unamuno, recogiendo en piedra la frase del “doctorando”: “No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas”.

Descubierto el Vítor, se procedió a la ceremonia de investidura, en acto tan protocolario y solemne, como entrañable, íntimo y personal, al que fueron invitados los miembros de la Junta Directiva de la Asociación Amigos de Unamuno, que asistieron en representación de todos los socios que a ella pertenecen.

Tras completarse el aforo público del Paraninfo universitario, hicieron su entrada procesional los doctores de diferentes Facultades precedidos de la música de chirimías, el maestro de ceremonias y dos bedeles, cerrando el cortejo el rector, Ricardo Rivero, junto al presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ocupando el primero de ellos la presidencia del acto y abriéndolo, antes de que Pablo Unamuno, nieto de don Miguel y consocio nuestro, le pidiera venia al rector para pronunciar la Laudatio (elogio) desde la tribuna de oradores, haciendo un recorrido laudatorio por la vida de don Miguel.

Concluido el elogio, Pablo se posicionó de pie frente al rector, pidiéndole que concediera el Doctorado Honoris Causa a Miguel de Unamuno Jugo, aceptando el rector la petición y otorgando dicho honor a don Miguel, procediendo a recoger en bandeja de plata el birrete negro y medalla, los nietos Miguel y Salomé de Unamuno, únicos descendientes vivos a quienes Unamuno tuvo en sus brazos, quedando así incorporado Unamuno al Colegio de Doctores de la Universidad de Salamanca con todos los honores a los que tiene derecho en ella y en cualquier lugar del orbe.

Los nietos receptores del nombramiento, como representantes de la familia Unamuno, pronunciaron en la tribuna breves palabras de agradecimiento, antes que el director del Centro de la Memoria Histórica, Severiano Hernández Vicente, entregara a la directora de la Casa Museo Unamuno, Ana Chaguaceda, el título concedido a Unamuno como Ciudadano de Honor de la República, con banda incluida, para su custodia en dicho centro,

Intervino finalmente el rector pronunciando cercanas palabras que concluyeron con el protocolario: “¡Don Miguel de Unamuno y Jugo! ¡Vitor!”, cerrando el acto el coro universitario entonando el Gaudeamus Igitur, antes de que el rector clausurará la ceremonia con la ritual frase: “Universitas Estudi Salmantini!”, respondida con un “¡Vitor!”, desfilando posteriormente los doctores hacia el exterior de la sala tras las chirimías, precedidos por el maestro de ceremonias y los dos bedeles.

Congreso Dimitri Cantemir – Bucarest

Desde la Asociación de Amigos de Unamuno de Salamanca, tenemos el orgullo de comunicar que nuestro Presidente de Honor Francisco Blanco Prieto, ha sido distinguido en Bucarest (Rumanía) con la Medalla Conmemorativa del Congreso que se está celebrando en ese país para honrar la memoria del gran intelectual rumano Dimitri Cantemir, por los 350 años de su nacimiento y los 300 años de su muerte.

Francisco Blanco Prieto: Presidente de Honor de la AAU

El 18 de mayo, los miembros de la Asociación de amigos de Unamuno, tuvimos una comida de fraternidad en la que quisimos agasajar a nuestro presidente saliente y dar la bienvenida a la nueva presidenta de Amigos de Unamuno.

Estas son las palabras que Elena Díaz Santana, pronunció en ese acto, donde nombramos a Francisco Blanco Prieto Presidente de Honor de la Asociación Amigos de Unamuno de Salamanca. Palabras para el Presidente de Honor:

Esta asociación fue creada por Francisco Blanco Prieto junto a los socios fundadores de la misma, que lo acompañamos en este proyecto que él definía como ilusionante, y que se hizo realidad en noviembre de 2014.

Así presentaba él mismo la asociación a la sociedad salmantina: “Aspiración que llevamos tiempo cocinando en los fogones de la esperanza con desmedido entusiasmo, incondicional entrega y vocación de servicio, para llevar en volandas al más grande intelectual que ha tenido el Estudio en sus ochocientos años de historia, hasta el último rincón de la ciudad, sin esperar a cambio otra cosa que satisfacción por el empeño común que emprendemos.…con la intención de congregarnos a la sombra del maestro para recibir ejemplo de su testimonio vital, complacencia en su obra literaria, certificación de su honrado compromiso político y aceptación de su entrega intelectual”.

Mucho ha sido lo que hemos trabajado durante estos nueve años de andadura . Con un presidente como Paco, llevando el timón unamuniano, ha sido fácil. También es éxito suyo saber rodearse de un buen equipo, al que ha enseñado, con su ejemplo, lo que es la honestidad, el rigor, la capacidad de trabajo, la fidelidad a los ideales, el valor de la amistad, como un verdadero maestro, Da vértigo hacer un recorrido por las actividades que esta asociación ha realizado en sus años de andadura. Todas nuestras actividades se han caracterizado por el rigor y la seriedad en la consecución de los objetivos de la asociación.

Paco ha sabido traer a Salamanca a los mejores y más entendidos en Unamuno, como profesores de distintas universidades españolas y algunas del extranjero, así que podemos decir que la asociación cuenta con un prestigio grande, cuyo eco suena también fuera de la ciudad del Tormes. A partir de ahora, la asociación cambia de Presidente, pero seguiremos contando con su labor inestimable, su asesoramiento, y buen hacer unamuniano.

Como dijiste cuando se creó la asociación, la suerte está echada, pero continuaremos trabajando con voluntad, ilusión y entusiasmo en este proyecto común que es promover y difundir la vida, obra y pensamiento de D. Miguel. El listón está muy alto, pero con la Junta Directiva que tenemos y que tú has sabido cuidar, seguro que se mantendrá en el lugar que ahora ocupa. Te lo debemos, nos lo debemos.
Para mi es un honor sustituirte en el cargo, por lo que pondré todo mi empeño en cuidar el legado que hemos construído juntos, para seguir sintiéndonos orgullosos de pertenecer a la Asociación de Amigos de Unamuno y sigamos honrando su buen nombre, contribuyendo a que se conozca a D. Miguel más y sobre todo mejor. Por tu dedicación, afán de servicio y tarea ejemplar para con esta Asociación y por unanimidad, creemos que eres acreedor del cargo de Presidente de Honor y de esta placa que lo acredita.

Donaciones para la sede de la Asociación

El 25 de mayo, la Asociación de Amigos de Unamuno recibió en su sede la donación de un lote de libros por parte la Casa Museo Unamuno, en la persona de su directora Ana Chaguaceda Toledano, para la ampliación del fondo bibliográfico de la Asociación y para el disfrute de sus socios.

El mismo día recibimos de parte de Marta García Gasco, un catálogo correspondiente a la exposición: “Miguel de Unamuno, Los retratos y la relación con los artistas de su época”, que tuvo lugar en Bilbao del 30 de septiembre al 30 de noviembre de 2022.

El día 13 de marzo coincidiendo con la inauguración de la sede de la Asociación, varios de nuestros socios, hicieron entrega de algunos objetos donados a la misma.

Javier Martín Lázaro (Jotamar) nos hizo entrega de una escultura de Unamuno, de autor desconocido, de una medalla conmemorativa del cincuenta aniversario del fallecimiento de D. Miguel y de dos tomos de Ensayos de Miguel de Unamuno de la editorial  Aguilar.

Así mismo, Mercedes Hernández Lurueña, donó a la asociación, un Medallón de Unamuno, en piedra de Villamayor, y por último, Francisco Santos Carrera, nos hizo entrega de una carta original de Unamuno a Hipólito Rodríguez Pinilla.

Agradecemos a todos ellos las donaciones realizadas a la Asociación, para su custodia y disfrute de los asociados.

Medallón 50 Aniversario del fallecimiento de Unamuno

Donación: Javier Martín Lázaro (Jotamar)

Dos tomos de Ensayos de M. de Unamuno de la editorial Aguilar

Donación: Javier Martín Lázaro (Jotamar)

Escultura de Unamuno, de autor desconocido.

Donación: Javier Martín Lázaro (Jotamar)

Medallón de Unamuno, en piedra de Villamayor

Donación: Mercedes Hernandez Lurueña

Carta original de Unamuno a Hipólito Rodríguez Pinilla

Donación: Francisco Santos Carrera

Emiliano Jiménez – In Memoriam

 

A EMILIANO, IN MEMORIAM

Con idéntica humildad a la grandeza de su alma, se ha ido Emiliano de la vida en silencio, de puntillas y sin volver la cabeza, para no ver los rostros doloridos en lágrimas de tantos como lloramos su partida, mientras silabeamos oraciones pidiendo que su memoria habité en nosotros hasta el día que sigamos sus pasos, camino del pórtico que nos descubra el gran misterio de la vida, porque las profecías del catecismo, el consuelo de las estampas y la esperanza de los escapularios no pueden descifrar el enigma ni ocultar la realidad que se esconde tras la estación término, en el umbral de la muerte.

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Con idéntica humildad a la grandeza de su alma, se ha ido Emiliano de la vida en silencio, de puntillas y sin volver la cabeza, para no ver los rostros doloridos en lágrimas de tantos como lloramos su partida, mientras silabeamos oraciones pidiendo que su memoria habité en nosotros hasta el día que sigamos sus pasos, camino del pórtico que nos descubra el gran misterio de la vida, porque las profecías del catecismo, el consuelo de las estampas y la esperanza de los escapularios no pueden descifrar el enigma ni ocultar la realidad que se esconde tras la estación término, en el umbral de la muerte.

Células enloquecidas han cumplido anticipadamente la misión que les fue encomendada en su primer llanto de cuna, dándonos la triste oportunidad de expresar con este abrazo de amor-amistad cuanto nos ha mantenido unidos y  hermanados en la familia unamuniana que tantos años compartimos juntos en la mesa afarolada, en la yunta de la Junta, en excursiones, conferencias, fraternales libadas y nobles preocupaciones por hacer posible un quimérico proyecto que no hubiera sido posible sin su ayuda, con sacrificios ignorados allende los límites de nuestro espacio.

Se ha ido el maestro, el científico, el investigador, el geólogo, el paleontólogo y -sobre todo- el amigo con quien tanto hemos querido, cuando la visita de la parca se antojaba lejana, el pañuelo de despedida no formaba parte del atrezzo común, carecía de significado el adiós, el abandono del mundo se nos antojaba inimaginable y el lacerante dolor que nos esperaba no formaba parte de nuestras vidas.

Nos ha dejado huérfanos a cuantos compartimos con él la vida; a los que fuimos contagiados con su optimismo; a quienes nos cautivó su bondad; y a todos los que recibimos sus lecciones de generosidad, entrega y amor, porque él nos enseñó que puede amarse más allá del olvido a quien ya nada recuerda, ni reconoce el rostro de quien da la vida por la persona amada, como hizo este santo sin peana, ni corona, ni bendiciones.

Sonrisa franca, mano abierta, mirada tierna, palabra sincera, espíritu alegre y copla en las sobremesas, evocando a Colón que fue el primer hombre que puso un huevo de pie. También hubo regalos plastificados sobre los manteles; ostensibles tirantes que decían lo que algunos preferían no oír; y orgulloso profesor del “rodillazo”, cuando todos sus colegas ocultaban la inclinación.

Científico, unamunista y humanista, conciliando en él todos los valores que hicieron grande su persona, excepcional su solidario espíritu, singular su bondad, leal su amistad, y emotiva su sensibilidad ante quienes le oímos sollozar en silencio a través del teléfono días antes de morir, haciéndonos añicos el alma, sin decir palabra alguna.

Ahí queda la Sala de las Tortugas que nadie puede usurparle porque es la gran obra científica de su vida, el talismán que persiguió durante décadas por tierra castellana buscando rastros paleontológicos de vertebrados fósiles, con descubrimientos únicos nunca bien reconocidos, de ostensible valor cultural y patrimonial, no dejándonos otra opción que pedir reconocimiento a su trabajo, solicitando a quien corresponda que el museo donde se recogen las muestras paleontológicas lleve el nombre de “Emiliano Jiménez Fuentes”.

Se ha ido, pero con nosotros queda su recuerdo mientras un hilo de vida nos permita evocar los momentos inolvidables que compartimos, sabedores de que nada será igual tras su partida. Se quedan con nosotros sus malísimos chistes que tanto nos hicieron reír; sus entrañables dibujos que teníamos el proyecto de publicar; y sus artículos periodísticos; en espera de que la parca nos llame por lista inesperada al descanso eterno en el valle de Josaphat donde él ahora descansa, anticipándose al gran viaje que a todos nos espera.

Debe saber Emiliano, -ahora que ya no puede saber nada-, que una parte importante de nuestra vida se ha ido con él, porque fue testimonio singular en la Asociación Amigos de Unamuno, cuando nuestros balbuceos nos llevaban a un espacio de imprevisible futuro y él apareció ante nosotros llevando a Pili de la mano.

Gracias, pues, a Emiliano por la amistad que nos dio; gracias por su compañía, sus palabras de ánimo, su sentido del humor, su optimismo, su entusiasmo vital y su amistad; gracias por sus ofrecimientos y por su generosidad; gracias por demostrarnos que todo es posible cuando el amor anida en los corazones; y, sobre todo, gracias por habernos dado la oportunidad de comprobar que nuestra amistad  va más allá de la muerte, por mucho que la desmemoria pretenda llevarlo a nuestro olvido.

Francisco Blanco Prieto

Josefina Cuesta – In Memoriam

Con la pena rodando por el suelo, la inmediatez del suceso y la urgente prisa del recuerdo, os dejamos este In Memoriam, dedicado por nuestro presidente Francisco Blanco a Josefina Cuesta, como homenaje de la Asociación, al que nos sumamos todos los unamunianos.

También a nosotros se nos ha muerto, como del rayo, Josefina Cuesta, con quien tantas ideas compartimos y momentos vivimos en la Asociación, cuando el tránsito de la parca carecía de significado, el abandono del mundo se nos antojaba inimaginable y el lacerante dolor por la despedida final no formaba parte de nuestras vidas.
Se ha llevado la parca una amiga unamunista y humanista; erudita y sencilla; comprometida y generosa; siempre dispuesta a implicarse y participar con toda propuesta que recibiera de colaboración en causas justas, por la cultura o a favor de la solidaridad, con empatía poco común.
Se ha ido Josefina, pero con nosotros queda mientras un hilo de vida nos permita recordar los momentos que compartimos en el Centro de la Memoria, la Sala de la Palabra y la Casa Museo Unamuno.
Entumecidos nos deja en el andén de partida, buscándola en las aulas universitarias y foros de la Memoria Histórica, por la que tanto hizo, a la espera de que la Gran Portera de la vida nos expida el billete de ida a su encuentro.