Agustín B. Sequeros nos adentra en la relación entre Unamuno y el Hispanista y reportero Johan Brouwer..
El 24 de septiembre de 1936 aparecerá en DE TIJD (El tiempo) el artículo: Una visita a Unamuno. Realizado por Brouwer a D. Miguel en Salamanca. Parece que en un principio Unamuno no quería recibirle, estaba harto de los periodistas, alegando que las cosas españolas y los pensamientos de los españoles eran difíciles de traducir, así sin más. En la entrevista que tiene con D. Miguel, hablan de San Manuel Bueno Mártir, anotando que es una novela que debe agregarse a la mística española. Es la desesperación de un hombre por la falta de fe, un sacerdote que deambula por la oscuridad y muestra a los otros el camino.
En España dice Brouwer la gente vive sin Dios, aunque luzcan escapularios y medallas en su pecho.
En la entrevista Unamuno carga contra Azaña, en lo que se refiere a la separación entre Estado e Iglesia. Creando un estado de absoluta inestabilidad en un pueblo que no estaba preparado para ello. Lo irresponsable de Azaña es que ha querido cambiar las condiciones históricas en muy pocos años, esto hará que el pueblo se desconcierte.
Brouwer trata con Unamuno el tan traído y llevado asunto de las 5000pts, ¿Usted ha dado dinero para apoyar a la derecha? parece que Unamuno evade la pregunta y no dice nada sobre ello, pero termina diciéndole yo nunca he estado de acuerdo con nadie, ni conmigo mismo. En esta entrevista no se habla nunca mal de los militares, sí de los fascistas, temo tanto a los fascistas como a los comunistas, estoy del lado de los sublevados porque solo en ellos veo las garantías para una solución gradual de los problemas de España.
En la entrevista, no se habla de las vivencias que acababa de tener Brouwer en España. Había estado en Pamplona, donde tenía unos amigos Carlistas a los que admiraba, también en Burgos, hasta llegar a Badajoz, el 15-16 de agosto, después de que se produjera la matanza de Badajoz, donde murieron miles de personas.
Allí Brouwer lo pasó muy mal, porque lo detuvieron y encontraron en su maleta un cuadernillo con notas comprometidas. Lo quisieron fusilar, menos mal que sus amigos carlistas lograron salvarle. Llevaba también un retrato firmado por el general Mola. Lo invitaron a que se marchara de España, pero no se fue y se vino a Salamanca.
A principios de septiembre volvió a los países Bajos, se encuentra en Holanda en octubre y publica un libro sobre la Guerra civil española: sus causas y posibles consecuencias. El anarquismo no queda tan mal en este libro. Los españoles por lo general son poco dados a mantener una deliberación razonable, son personas con pocos matices. Su historia política y su literatura son prueba de ello. Unamuno me lo recalcó en una entrevista que sostuvimos en agosto en Salamanca y Ortega y Gasset no se ha cansado de repetírmelo. Ve a Unamuno como un hombre desgarrado por el conflicto de España.
Brouwer vuelve a Holanda, publica el libro sobre la guerra civil y regresa a España a mediados de diciembre de 1936, pero a la zona republicana, y llega a Valencia.
Es en la cárcel donde Brouwer decide aprender español, lee a Unamuno, Valle Inclán, Lope de Vega y a los místicos, Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Se identifica enormemente con la figura de san Juan que también sufrió la cárcel como él, se doctora en Psicología de la mística española. Piensa que la fuente de la fuerza espiritual de los españoles proviene de la mística.
En 1932 conoce al profesor Geers “El Renacimiento en España” Cultura-Literatura-Vida. Este libro es significativo porque da a conocer que en España sí hubo renacimiento, en contra de lo que se decía. Elogia a Cervantes, aunque lo que le entusiasma son los místicos, resaltando Los nombres de Cristo de Fray Luis de León.
Geers es quien traduce 1925-35 la obra de Unamuno: El marqués de Lumbría,1925, Nada menos que todo un hombre,1926, La tía Tula, 1926, Niebla 1928, San Manuel Bueno Mártir,1935.
En 1925, en carta de Unamuno desde Hendaya, escribe que, en principio está de acuerdo con la propuesta de publicar la traducción al neerlandés de aquellas obras suyas que sean adecuadas para los Países Bajos.
En 1933, Brouwer en lugar de traducir a Unamuno, traduce a Ortega y Gasset: La rebelión de las masas, Crónicas de soldados españoles en la guerra de los ochenta años, de los Países Bajos. Las crónicas son auténticas novelas. En ellas no considera a los españoles unos bárbaros y no sigue la opinión de la novela negra con que se veía a los españoles.
En Valencia lo arrestan y lo quieren fusilar los republicanos, porque creen que es un espía.
Het Vaderland 1937, In memoriam Unamuno, es una entrevista que le realizan a Brouwer en Valencia sobre el espíritu agitado, aparece también el acto del paraninfo vencer si podréis, pero convencer no.
En 1939, regresa a los Países Bajos, participa y se involucra con la resistencia, en 1943 es arrestado y fusilado por un pelotón de fusilamiento Alemán.