El martes 7 de marzo, pudimos escuchar la conferencia: Unamuno y las mujeres, ”Cartas de mujeres a Unamuno”, después pudimos visualizar el vídeo: ”Nada menos que toda una mujer”.
La actividad se desarrolló en el marco incomparable del salón rectoral de la Casa Museo Unamuno.
Manuel Redero San Román nos presentó a su colega, la catedrática de Historia Contemporánea Josefina Cuesta, quien abordó el tema de Unamuno y la mujer a través de las cartas que éstas le enviaron al escritor y que se conservan en la Casa Museo. De entre las 7550 cartas que se conservan, 575 corresponden a mujeres. En el estudio realizado por Josefina para esta conferencia, excluye las cartas pertenecientes a los familiares de Unamuno, por ser las mismas, más conocidas por el público en general.

Según Cuesta, estas cartas son escritas para un receptor, Miguel de Unamuno, sin embargo las emisoras de las cartas son personas de diferente perfil y condición y variados los motivos que las llevan a escribir a Unamuno. El estudio revelan que van desde el interés por tener un autógrafo de D. Miguel, a cartas solidarias en las que se pide que interceda por alguien, otras en las que se solidarizan con su persona, por ejemplo cuando fue desterrado a Fuerteventura o cuando lo destituyen de rector. Las hay de alegría como las recibidas cuando vuelve de su exilio o de pésame por la muerte de su hija y de su mujer, también de súplica en las que le piden favores para una matrícula o una invitación para poder ir al Ateneo de Madrid a escucharlo en una conferencia que iba a impartir, o como la carta de la viuda del pastor protestante Atilano Coco que le escribe para que intercediera por su marido encarcelado. Otras son de agradecimiento por diferentes motivos.
En las cartas las mujeres suelen mostrar admiración, respeto, amistad propia o heredada.
Como curiosidad señaló Josefina Cuesta las cartas de lectoras que corrigen al propio maestro, es el caso de la que le pide que cambie el título de su novela La Tía Tula o de otra que le pide que cambie el final de la novela Amor y pedagogía y le explica las razones que le mueven a pedir ese cambio.
Muchas mujeres querían que Unamuno fuera la voz de las sin voz en temas relacionados con el divorcio o el aborto y que escribiera sobre ese tema en La Nación de Buenos Aires, artículos relacionados con los mismos.
Expresan en definitiva una necesidad de interlocución. La correspondencia se convierte en receptáculo del relato de lo íntimo.

Desde la Asociación de Amigos de Unamuno damos a Josefina Cuesta las gracias por esta interesantísima conferencia y a las realizadoras den vídeo de “Nada menos que toda una mujer” por acercarnos al Unamuno más entrañable y por resaltar la importancia que D. Miguel siempre dio a la mujer, para quien eran sus iguales. También por mostrarnos a las que fueron faro en la vida del escritor: su madre, su mujer Concha, sus hijas, sin las cuales D. Miguel no habría sido como fue.

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