El mito quijotesco en las novelas de Unamuno.

Gran parte de la crítica unamuniana no reparó en la relación de las novelas de Unamuno con Don Quijote, como mito literario ─aclaro─. Las obras de Unamuno fueron ampliamente relacionadas con El Quijote, pero desde un lugar de intertextualidad o de influencia. También se habló del mito quijotesco en Unamuno, pero más en su faceta política, simbólica o filosófica, es decir, de cómo Unamuno tomó la figura de El quijote para explicar el problema de España, la crisis social, económica y cultural que vive España a finales del siglo XIX.

Unamuno fue catalogado de “contradictorio” ya que en su novela “En torno al casticismo” (1895), critica la figura quijotesca como causa de este atraso cultural que vive España, de la sin razón, de la estrechez de este espíritu castellano. Sin embargo, después, en “Vida de don Quijote y Sancho” va a pasar a alabarlo y a proponerlo como una figura a imitar. Unamuno no fue contradictorio ya que no se pueden obviar los diez años que transcurrieron entre medio y los muchos artículos y cartas que escribió en ese periodo. El cambio de opinión de Unamuno fue progresivo, no abrupto. Cambió de opiniones y de creencias ─como todos nosotros─ pero parece que a él no se le perdona que hubiese sido humano.

De la novelística de Unamuno se pueda concluir que:

  • Unamuno tenía plena conciencia de la existencia de El Quijote como mito literario.
  • Conocía perfectamente la existencia de otros «Quijotes» distintos al de Cervantes que se manifiestan a través de diversos tipos.

El mito quijotesco funciona como engranaje de la novelística de Unamuno. Unamuno no reescribe El Quijote, lo que hace es crear personajes que son como don Quijote, que son figuraciones creadas en otras literaturas que se desprende de la obra de Cervantes y que tienen sus propias características…