El día 26 de Abril tuvo lugar en la Casa de Las Conchas, el cuarto taller de lectura sobre la obra de Unamuno.
En esta ocasión moderó el taller la filósofa Sagrario Rollán.
Las notas que a continuación paso a mostraros, son fruto de los comentarios expresados por algunos de los asistentes al mismo dando prioridad a las notas que la moderadora expuso.
Para Sagrario Rollán impresiona la brevedad de la obra, que había leído siendo adolescente y que al releer había vuelto a sentir el hondón que la novela encierra. Destacando que podía definirse como una novela final.
“la he leído como novela de compasión paciente, que contempla con dulzura. Compasión y no agonía, y no lucha.”Es una novela donde la religión es vivida en las obras de misericordia, expresadas en “Ir limpios, sin ropas rotas, compasión por los titiriteros, en donde queda patente la conducta o ética del cuidado”.
Compasión es compadecerse con. Unamuno se compadece con Ángela, con Lázaro, con el paisaje que le invita al abismo, pero que también le consuela.
Hizo hincapié en el esquematismo de los tres personajes principales, Manuel Bueno, Ángela de la que resalta la maternidad que acoge más allá de lo que comprende y de Lázaro, el joven inquieto, el hijo renacido.
Es patente en la novela, el papel del paisaje como algo inefable. Representados en el lago, en la montaña o en la nieve. Valverde de Lucerna el pueblo sumergido. Sumergirse en el cielo del lago. Sumergirse en una presencia que es una ausencia.
La tentación del suicidio en el lago está en D. Manuel, pero no es un suicidio real. Se va a morir en el seno de la iglesia, con el eco de Blasillo el bobo.
Colocarse ante el río es una llamada al abismo.
En opinión de otro lector atento a la obra que se debatía, “si no tenemos fe, somos una conciencia que va de la nada a la nada».
La fe se da en comunidad. Unamuno no es que no creyera, es que él creía que no creía. Surge la pregunta:¿ puede haber fe sin dudas? Él redescribe qué es fe y ahí se introduce la duda. San Manuel no es un santo agónico, sino esperanzador. El personaje de D. Manuel encierra una persona buena.
La vida es consuelo, consuelo con que vas a morir. “Quiero que Dios me acoja”. San Manuel hace lo mismo que Jesucristo, milagros. En la fe siempre hay algo de incredulidad: ”Dios mío, Dios mí por qué me has abandonado”, por qué guardas silencio.
Fe, vida, razón, San Manuel es un mediador, es el broche entre el cielo y la tierra.
Concluimos con la idea de que “Si Dios existe seremos inmortales, si no seremos finitos”.