La conferencia «Una Fedra unamuniana» impartida por la Catedrática jubilada de la USAL, Carmen Codoñer, Filóloga y Lexicógrafa. La ponente fue presentada por Román Álvarez, vicepresidente de la asociación.
La conferencia arroja luz sobre el teatro de Unamuno, definido por Codoñer como un teatro de ideas.
Estas son unas leves pinceladas de la misma:
En 1911 Unamuno ha terminado su Fedra que es una adaptación de una tragedia del S. V. en la que dota a los hombres de voluntad propia, no determinada por los dioses, sino que cada ser humano tiene en sus manos su destino.
Pretende ser una Fedra moderna, sin reminiscencia de la griega, su Fedra es cristiana y la define como un drama de pasión, una pasión en carne viva.
Según Unamuno el dramaturgo debe facilitar al pueblo la capacidad de conocerse a sí mismo.
Sus personajes deben hacerse verosímiles, para ello adapta el argumento al mundo en que vive. Escoge a una familia de clase media y se sirve de un mínimo de personajes: nodriza, Criada, médico.
La obra se estrena en 1918 en el Ateneo de Madrid, se caracteriza por la desnudez en el montaje, sin dar importancia al vestuario ni a los decorados. Unamuno defiende que al teatro se va a oír y no a ver, mostrando un rechazo por el público de la época, que iba al teatro a ser visto.
La grandeza de Fedra representa dentro del teatro de Unamuno una muestra perfecta de su quehacer teatral.