Unamuno se refería a América como la América de mis cuidados, defendiendo sobre el castellano un español común.

Muchos han sido los autores que han escrito sobre Unamuno y América: Julio C. Chaves, García Blanco, José Domingo, entre otros, también Unamuno escribió sobre el tema un libro cuyo título es: Algunas consideraciones sobre la literatura Hispano-Americana. Unamuno tiene a Menéndez Pelayo y a Juan Valera como antecedentes preclaros de su pensamiento sobre América latina, Menéndez Pelayo no soportaba por ejemplo el paternalismo con que se les trataba. También abordaron el tema de la hispanidad coetáneos suyos como Azorín, Maeztu y Valle Inclán en su obra “Tirano Banderas”, que apostaba por crear un idioma común como  el que defendía Unamuno.

El padre de Unamuno era indiano, trajo unos 400 libros para la biblioteca familiar, estos libros dieron a Unamuno una nueva visión para entender el mundo, en ellos estará el origen de la formación de su pensamiento. En su interés siempre estuvo el tema del viaje. Acarició el deseo de la aventura americana, fue invitado a Méjico y Argentina, pero nunca se materializó, debido sobre todo a cuestiones  económicas.

Unamuno convirtió Salamanca en un lugar de visita obligada para los intelectuales de América latina. D Miguel era el conversador, el polemizador, se quejaba del escaso interés que había en la península sobre las cosas de América, sobre la literatura hispanoamericana. Reseñó a muchos autores capitales, sobre todo los que tenían relación con España. Mantuvo una actitud muy abierta con los españoles que vivían en América. Destacamos las casi 400 cartas que alberga el Epistolario Americano de Unamuno recogidas por Laureano Robles. Unamuno se convirtió en faro que mantenía la idea de comunidad americana. Los latinoamericanos son hermanos, la idea de fraternidad va a ser fundamental. Mi patria es la lengua por encima de cualquier cosa.

En cuanto a la literatura, se mostró en contra del afrancesamiento de las letras hispanas, defendía más la lengua inglesa y alemana. Si una relación es digna de reseñar es la mantenida entre Rubén Darío y Unamuno. Una relación definida como controvertida en la que hubo altibajos y en donde queda de manifiesto la honestidad intelectual de ambos. Rubén era todo lo contrario a Unamuno, era orgulloso, bebía, era glotón y mujeriego, pero un hombre profundamente espiritual, parece una contradicción. Unamuno no bebía, se cuidaba en las comidas y llevaba una vida ordenada.  Unamuno veía en Rubén Darío lo peor del alma española, sin embargo éste siempre adoró a d. Miguel, viendo en él al más importante pensador de su tiempo, pero la relación entre ambos en un momento dado pasaría de la alabanza a la recriminación dolorida por parte de Rubén.

Unamuno le dedica unas palabras de las que después se arrepentirá: ”Rubén Darío escribe con la pluma que lleva debajo del sombrero”.

En una carta póstuma de Unamuno a Rubén Darío hará una exaltación de su amistad y de sus valores tanto humanos como literarios, postura de defensa que mantendría hasta el final de sus días.

Os recomendamos que veáis la grabación de la conferencia, para ahondar en los aspectos tratados por Francisca Noguerol en profundidad. 

Print Friendly, PDF & Email