El día 28 de octubre, la asociación de Amigos de Unamuno, celebró su habitual tertulia, dedicada en esta ocasión a «Los intelectuales y la sociedad».

Comenzó su exposición Román Álvarez, catedrático de filología inglesa, sus palabras, junto con las introductorias de Luis Gutiérrez, dieron pie a un interesantísimo debate acerca de lo que es un intelectual.

Un intelectual debe denunciar, actuar y comprometerse. Es un árbitro, legislador provocador e intérprete de la sociedad actual.

En el 98 surge el perfil  del intelectual moderno, jóvenes que empiezan  a comprometerse desde el punto de vista social y con el mundo que les rodea.

Un intelectual es una persona comprometida del cual se espera que cree un estado de opinión en la sociedad. Debe ser independiente, pero nunca indiferente. Se exige de él que haga una reflexión crítica de la realidad circundante, como hizo Unamuno, en su caso los intelectuales, piensan y actúan.

Miguel fue un hombre comprometido, tanto que hasta se puso en riesgo, y esto le costó el exilio. Unamuno es un intelectual porque tiene autoridad moral, es creíble, fue un agitador de conciencias.

El público llegó a conclusiones como que ningún político puede ser intelectual, porque no tiene un pensamiento libre, un periodista que escribe para un periódico tampoco. Un intelectual es el que toma acciones en público que no van a favor de ningún partido, porque entonces es un ideólogo.

Los intelectuales como referentes hoy día, ¿dónde están?

Cerramos nuestra tertulia con la sensación de pérdida, pues pocas personas hoy ostentan  ese calificativo  y con  una necesidad,   la de encontrar mentes libres y comprometidas que nos hagan reflexionar y agiten nuestra conciencia, como hacía Unamuno.