Tertulia unamuniana: “Unamuno Concejal”

Para poder hablar en esta tertulia, nos ilustramos en las páginas del libro de Francisco Blanco: ”Unamuno concejal” de donde extraigo algunas líneas aclaratorias. Si os interesa el tema, os recomiendo la lectura de este libro de investigación. Aquí solamente os dejo algunas pinceladas de su introducción.

“La ideología política de Unamuno sufrió cambios externos formales a lo largo de su vida, manteniendo siempre un compromiso con el socialismo liberal y la emancipación de la clase obrera hasta el final, aunque su militancia en el partido socialista apenas llegara a treinta meses y se mantuviera en contra de la lucha de clases.

…confirmamos su larga permanencia ideológica en los principios liberal-socialista que comenzó a defender tempranamente, cuando su militancia no formaba parte del proyecto vital que se abría en el horizonte, anticipando el impredecible desenlace en los últimos metros de su vida.

…Unamuno en Salamanca ocupó sillones municipales por voluntad popular y gozó del privilegio de ser el único alcalde honorario perpetuo democrático que ha tenido la villa salmantina en toda su historia.

La preocupación de D. Miguel por culturizar al pueblo haciendo de la sociedad una gran escuela, le llevó a dejar su palabra allí donde tuvo ocasión de hacerlo… cumpliendo así su innata vocación mesiánica junto al deseo de que sus intervenciones agitaran los espíritus y asociaran al sentido político sentimientos nobles elevaran la moral de os oyentes. Con esta intención ocupó tribunales, escribió artículos en periódicos y revistas de la más variada ideología, aportando a la causa redentora de los más débiles y a la superación de los males que afligían a las personas, todo cuanto en su mano estuvo”.

Así acaba la introducción del libro “Unamuno concejal” palabras que nos ayudan a entender mejor esta etapa comprometida con la sociedad en la vida de D. Miguel, que podemos decir que lo sería hasta el fin de sus días: “A tan singular político, que pasó su vida luchando contra todo y contra todos; al concejal que peleó sin desmayo por la honradez en la gestión pública. A quien puso en riesgo su integridad física por no ceder al caciquismo local. A quien dejó oír su voz contra las fuerzas vivas locales. A quien defendió a los obreros exigiéndoles al mismo tiempo compromiso en el trabajo. A quien tomó La voz de los trabajadores en la corporación para reivindicar sus justas aspiraciones. A quien mantuvo durante toda su vida una lanza en defensa de los campesinos y obreros. A este político, ejemplo de honestidad y trabajo, agradecemos con estas páginas su legado y honradez, compromiso y búsqueda de la verdad por encima de la paz.”

En la tertulia se puso de manifiesto que en el 2012 la corporación en pleno, de la Ciudad de Salamanca decide restituir a D. Miguel en todos los cargos, nombrándole por unanimidad Hijo Adoptivo de la Ciudad de Salamanca, Medalla de oro de la ciudad y Alcalde perpetuo.

Se llega a la conclusión de que Unamuno está por encima de unos partidos u otros, siendo reconocido como personaje salmantino de pro y de todos.

Excursión Unamuniana Becedas-Candelario

El sábado 26 de mayo, la asociación quiso visitar dos pueblos salmantinos que fueron importantes en la vida de D. Miguel: Becedas y Candelario. Para conocer de primera mano, los lugares que frecuentaba, qué amigos tenía y por qué la elección de los mismos. Tanto a Becedas como a Candelario, dedicará algunos poemas en el Cancionero.

De la mano de Jesús Gómez Blázquez visitamos los lugares que a D. Miguel más llamaron la atención en Becedas, acompañaron a Jesús en el recorrido el Alcalde de Becedas, Salvador Sánchez Majadas y mujeres del pueblo que de una manera u otra lo representan. Queremos darle las gracias por acompañarnos con tanta dedicación y por su alegría al mostrarnos los rincones más significativos de su localidad, esa que muestran con orgullo, porque en ella estuvieron Santa Teresa de Jesús y Miguel de Unamuno, ayudando esto a engrandecerlo.

Nos servimos del artículo publicado por Jesús Gómez en el número 4 de la revista Nivola  “Unamuno en Becedas: Anecdotario” para contaros los hechos más significativos de la estancia de D. Miguel en dicho pueblo.

Cuenta Jesús que “le producía deleite hablar con personas que eran testigos vivos de la presencia del intelectual en el pueblo”, ”qué distinta forma de interpretar sus actos y sus palabras, y con qué diferencia de carácter me lo pintaban unos y otros. Porque D. Miguel era para unos silencioso y retraído. Huraño y osco para otros. Y era a la vez tan afable y cordial como áspero y esquivo. Eso sí, todos le recordaban con esa aureola que las gentes sencillas colocan sobre las sienes de personajes esclarecidos.”

Sus veranos Becedanos y sus reiteradas visitas dieron pie a una sucesión de sabrosas anécdotas. Reproducimos aquí algunas recogidas por Jesús Gómez, nuestro guía y estudioso de las huellas de D. Miguel en Becedas.

Recordamos lo que aconteció: ”a la fresca sombra de un robledal próximo a la Aceña, donde los muchachos, sin ningún respeto a las gélidas aguas que bajaban de los neveros de Peña Negra, se bañaban. En este marco se produjo la famosa reprimenda que echase a uno de aquellos zagales al que oyera blasfemar: ¿cómo te atreves, mocoso, a ensuciar el nombre de Aquél a quien con tanto afán yo estoy buscando?

Una de las personas que mejor conoció a Unamuno fue Nicolás Sainz, un masón del gremio de los zapateros, hombre afable, abierto y respetuoso. D. Miguel se jactaba de haber enseñado a Nicolás a ponerse la boina al estilo vasco, y Nicolás se sentía orgulloso de servir de guía al profesor en sus excursiones a la sierra.

Nicolás Sainz contó a Jesús Gómez que a Unamuno le gustaba pasear por la Calle Mayor, andando despacio y siguiendo el curso y oyendo el susurro del agua de la añorada regadera que lo surcaba. Que en la misma Calle Mayor en el rincón de El LLamillo, buscaba la quietud y los secretos de la historia de una pequeña fontana del S XIII y que allí, ante ella, desplegaba su silla y solía sentarse. Tomaba nota de sus reflexiones mientras las mujeres sacaban del pocillo cubos de agua para llenar las tinajas de sus casas. Una de aquellas mujeres que sacaban agua de la fuente, con la actitud de cortesía que caracterizaba a las mujeres de Becedas, le ofreció un trago, con el que paliar el sopor del momento.

El pensador frunció el seño, se levantó, recogió su silla, ordenó sus papeles y, como quien se siente víctima de una ofensa, se fue sin decir nada. Este hecho nos lo explica Jesús de esta manera: ”Hoy no me cabe duda de que por medio estaba la alegoría del agua que tanto significó para Unamuno y los poetas de su generación. Ciertamente le habían ofrecido agua quieta, parada, sin vida. Agua en la que él veía muerte, eternidad incierta, agónica esperanza y que no debe beberse cuando tan cerca hay otras que representan a la vida, al la pureza y al continuo movimiento.”

De las anécdotas becedanas pasamos a las de Candelario, guiados por otro unamuniano, Daniel Sánchez Gutiérrez, a él, a la ex alcaldesa del pueblo, dña Ana María Carrón y a la concejala de Cultura Marisa Macías Martín, queremos también agradecerles su compañía y amor en las explicaciones que nos dieron sobre la estancia de D. Miguel en su pueblo.

Nos atenemos al artículo escrito por Daniel Gutiérrez para arrojar luz sobre esta estancia de un ilustre escritor en Candelario.

Dice Daniel: ”Fantasear con las vivencias que pudo encontrar D. Miguel en Candelario es eso, fantasía sobre quien se preguntaba si velaba o dormía. Lo cierto, que nos es dable hablar de conjeturas, es que vino a dar un buen día a este pueblo frontero de Extremadura y gustó de él. Volvió pues reconoció que era lugar para volver.”

Los más viejos de hace ya algunos años, aún recordaban el espectáculo de la figura de D. Miguel caminando al lado del grandote de D. Fili, buen amigo del pueblo y de sus gentes. Tan bueno que ya en sus inicios en la vida pública, ansiando siempre el remediar el mal en sus prójimos, enredó lo que no está en los escritos para hacer realidad un albergue para niños enfermos y pobres del mundo. El aire fresco de la sierra no solo era bueno para curar los embutidos, sostenía el doctor Filiberto Villalobos. Fuera el albergue la causa, o lo fuera otra, lo cierto es que los años 34 y35 del pasado siglo, se hizo uno más del pueblo el famoso intelectual Unamuno y como quiso hacerse uno con ellos, alquiló una casa en que vivir sus días hasta la llegada de septiembre y, con él las obligaciones de la profesión civil.

Los viejos recuerdan haber oído a sus mayores historias de cuando D. Miguel y D. Fili se enfrascaban luego de dejar el fresco del parque en caminata que pasando por las eras llegaba al Humilladero, caminata que se alargaba, calle Mayor arriba, hasta el cantón o esquinazo donde los caminantes se sentaban a la vera misma de la fuente y cuesta de La Romana. Ese cantón o poyo todavía existe, colocado de forma que la sombra les protegía de los rigores del mediodía estival.

Siguiendo el mismo paseo u otro parejo, deja atrás la pajarita del parque, se han ido marcando las pautas que es fácil que en su día lucieran nuestros amigos caminantes con unas pequeñas señales que al paseante actual inviten a parar un momento , leer al maestro Unamuno y así tomarse la ruta haciéndose uno con el entorno, gozar de lo que gozara aquel en su caminar.

 

En Becedas

 

En Candelario

Exposición iconografía unamuniana

La sala de exposiciones de San Eloy acoge la muestra Iconografía Unamuniana, que reúne diferentes obras de más de un centenar de artistas como homenaje a uno de los rectores más famosos de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno. La exposición, que recoge 127 obras entre pinturas, esculturas e instalaciones, es otro de los actos que se incluye en la conmemoración del VIII Centenario de la Usal.
117 artistas procedentes de Salamanca, País Vasco y Madrid han participado en la exposición para rendir homenaje a la figura de Miguel de Unamuno. “Nuestro rector más universal”, como muchos señalaron en la presentación. En total son 127 obras, 86 de las cuales son inéditas, y presentan diferentes tamaños, técnicas y soportes. Lo único que tienen en común es que plasman la iconografía del exrector, porque, como remarcó Francisco Blanco, comisario, “Unamuno es un icono”. Tenía una fisonomía muy definida, una indumentaria propia y se convirtió en un hombre muy popular. Además, le gustaba ser retratado.”.
El alcalde de Salamanca, que inauguró la muestra acompañado del presidente de la Diputación, el subdelegado del Gobierno y otras autoridades, quiso destacar que Unamuno “ayudó a internacionalizar la Universidad”, por lo que en la conmemoración de sus 800 años de historia no podía faltar la mención al rector más conocido. “Repasar su historia es repasar la historia de Salamanca”, añadió.
Por su parte, el actual rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, alabó el carácter cultural de la iniciativa, señalando que la cultura “contribuye a hacernos mejores seres humanos”. Además, quiso destacar los valores de Unamuno, su “capacidad inquisidora, poder crítico y su audacia”.