Unamuno en Madrid

En septiembre de 1880 llega a Madrid el joven Miguel de Unamuno, sin haber cumplido aún los dieciséis años, para incorporarse a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central.

Como otros muchos estudiantes se instala en una humilde pensión en el centro «La casa Astrarena». Luego se irá cambiando buscando algo más cómodo en una ciudad que no le parecía, en absoluto, acogedora. Así lo refleja: «una ciudad triste y sola, sucia, deprimente y trasnochadora».

En su primer curso universitario encuentra un «maestro» en Marcelino Menéndez Pelayo, que, curiosamente, será el único que no le califique con sobresaliente.

Con el tiempo, las carencias de la enseñanza universitaria, el espíritu cerrado y obtuso de algunos catedráticos le llevan a refugiarse en el Ateneo.