Tertulia unamuniana: «Unamuno publicista»

En esta ocasión la tertulia se desarrolló bajo el título de: «Unamuno publicista».
Os dejamos el texto donde podréis leer la gran actividad periodística desarrollada por el gran intelectual que fue D. Miguel. Su primer artículo lo firma a los 15 años, en 1879 y el último unos meses antes de morir en 1936. 
Leer texto sobre Unamuno publicista

.Unamuno publicista en Salamanca

Francisco Blanco Prieto


El 8 de enero de 1924 decía Unamuno en “Mi primer artículo” publicado en El Noticiero Bilbaíno, que llevaba escritos “más de 4.000 artículos” en diferentes medios periodísticos, hasta contabilizar unos 4.800 artículos al final de sus días, 167 de los cuales fueron publicados en 23 periódicos de la prensa salmantina, de los 129 diarios que hubo en la ciudad entre 1891 y 1936.

Anonadante puede calificarse la producción periodística de Unamuno, más meritoria si consideramos que fue escrita a mano, con plumilla y sin apenas correcciones, – como el resto de su ingente obra -, desde aquel lejano 27 de diciembre de 1879 en que publicó con 15 años de edad su primer artículo en El Noticiero Bilbaíno con el título “La unión constituye la fuerza”, firmado con el seudónimo X, en el que se dolía por la fatídica ley de 31 de julio de 1876, que abolía los fueros vascos dejando sólo “autonomía administrativa”, afirmando que para reponerse de la caída era necesario esfuerzo común y unión, pues sin estas condiciones era imposible levantarse.

Pero no fue éste el único seudónimo que utilizó el joven Unamuno en sus comienzos periodísticos. El autor de este artículo tiene contabilizados 27 sobrenombres, entre los que se encuentran: Yo, Yo mismo, X, Manu Ansari, A.S.G., U., U.J., M. de U., Entrambos Mares, Don Fulgencio, Exóristo, Juan Fernández, Víctor M. M. de U., Menaguito, R.M.C., Un amigo, Tu amigo, Rafael U., Unusquisque, Augusto Pérez Niebla, BaserritarBat, Un suscriptor, J.U., Clemente de Trápaga, Peru Errotaco, Heteros y Errazu. Todos ellos ocultando al publicista Miguel de Unamuno y Jugo.

Unamuno, cuya firma era solicitada por los periódicos más importantes de España y América, colaboró con la prensa salmantina a lo largo de toda su vida, pero cuando más intensamente lo hizo fue en su primera década de asentamiento en Salamanca, confiando posteriormente sus artículos a periódicos alejados de la ciudad, manteniendo asidua colaboración con algunos de ellos, entre los que destacan La Lucha de Clases, El Socialista, El Sol, Ahora, El Mercantil Valenciano y La Nación de Buenos Aires, como más representativos.

Cuando Unamuno llegó a Salamanca en 1891, difundían noticias en la ciudad varios periódicos, entre los que destacaban: La Libertad, diario republicano con interés político y literario, nacido el 1 de mayo de 1891, relacionado con el movimiento krausista de la Institución Libre de Enseñanza y dirigido por Enrique Soms Castelín, compañero de don Miguel en la cátedra de Griego, iniciando el joven catedrático vasco su colaboración en él durante el verano de 1891, cuando todavía no se había asentado en la ciudad; El Adelanto, propiedad de Francisco Núñez y dirigido entonces por Luis Caballero Noguerol; La Información, diario integrista y órgano de Gil Robles, que dirigía Manuel Sánchez Asensio; El Fomento, en manos de Bajo Cid, de irregular publicación; La Tesis, integrista, también dirigido en un tiempo por Sánchez Asensio; La Región, tan conservador que criticaba el “liberalismo” del Padre Cámara, hasta ser condenado por éste; El Criterio, periódico católico sin especial trascendencia; La Democracia, también promovido por Enrique Soms; y La Semana Católica, entre los más destacados.

         Era La Libertad un periódico diario editado por la imprenta Hidalgo, en el que colaboró también Dorado Montero y otros catedráticos de la Universidad, firmando Unamuno sus artículos con el seudónimo “Unusquisque”, hasta su desaparición el 12 de diciembre de 1891, en su número 194, por el anticlericalismo reflejado en sus páginas, condenado por el obispo Cámara el 1 de septiembre por “sustentar en sus escritos doctrinas contrarias a la moral y dogma católicos”, siendo denunciado en noviembre por injurias de Unamuno al alcalde y al prelado.

La desaparición de este periódico alentó el ánimo de Soms para fundar en enero de 1892 un nuevo periódico republicano titulado La Democracia, en el que siguió colaborando Unamuno hasta su desaparición el 1 de septiembre de ese año, por enfermedad de su propietario y director.

Tenemos constancia de que Unamuno publicó sus artículos en 23 periódicos de la capital salmantina, siendo obligado citar entre todos ellos: La Libertad, El Noticiero Salmantino, El Combate, Tradición y Progreso, Albores, La Dinamita, El  Diario, La Tribuna, El Castellano, Gente Joven, El Microbio, La Ciudad, Cultura y Tolerancia, El Obrero, La Tribuna Escolar y La Semana.

Y, por supuesto, El Adelanto, donde dio vida a 57 artículos, desde el 19 de noviembre de 1899 cuando apareció su primer escrito en forma de carta al director, hasta el 20 de mayo de 1936 en que el periódico publicó el recuerdo que don Miguel hizo en memoria de su entrañable amigo y médico de cabecera, Hipólito Rodríguez Pinilla, en la Casa Charra de Madrid.

Unamuno se maneja en la página periodística con una maestría, cercana a la perfección. Es un torbellino ideológico, aderezado con la inmediatez exigida en este género literario. Sus comprometidas columnas pretenden desterrar pensamientos enmohecidos. Son comentarios que van dirigidos a la somnolencia ciudadana con intención de agitar los espíritus dormidos. Propuestas antiguas que iluminan todavía hoy el camino a seguir. Eterna actualidad de la inmutable realidad humana. Verdades de barquero que remueven entrañas y activan compromisos. Provocaciones a líderes políticos y religiosos, sin reparar en las consecuencias. Torpedos a la línea de flotación de sillones públicos, báculos eclesiásticos y mazos judiciales. Denuncias de nepotismo, abuso, incompetencia y caprichos de administradores públicos. Y páginas sabias de historia viva que bien merecen un espacio en los libros de texto.

¿Sobre qué habló Unamuno a sus vecinos charros en la capital del Tormes? Pues sobre todo aquello que tenía interés para ellos, por simples que fueran los argumentos que inspiraban sus artículos. En sus columnas les ofreció poesías y canciones de cuna. Les exhortó a tener valor moral para defender causas justas. Animó sus espíritus a la solidaridad. Les habló de la dulzura de la siesta; del valor de la lengua española; de la liga contra el tresillo; de cómo llegar a la cultura; del campo y la ciudad; de la Batalla de Arapiles; de Marruecos; de sus recuerdos salmantinos en París; de profecías y revoluciones; de Constitución y República; de raza y anarquismo; de psicología de masas; de ensueños lingüísticos en la madrugada y del poeta Eugenio de Castro. Emotivos son los recuerdos in memoriam que Unamuno dedicó en las páginas de El Adelanto a sus entrañables amigos Gabriel y Galán, Bartolomé de Cossío, Valle Inclán, y los hermanos Rodríguez Pinilla. A Enrique Esperabé testimonió el afecto que sentía por su padre Mamés, al tiempo que desmentía al ministro Romanones, negando que la Universidad de Salamanca fuera una coladera.

Se quejó en la Plana Literaria publicada el 13 de mayo de 1907 de que la situación reinante incidiera negativamente en la creación literaria. El domingo 15 de marzo de 1908, el catalanista Cambó pronunció un discurso en el Círculo Mercantil, al que respondió Unamuno en El Adelanto, diez días después, reafirmando el imperio de la lengua.

En sus artículos también se interesó por pequeños detalles de convivencia cívica, relacionados con la higiene pública. Así, cuando en abril de 1910 se proyectaba el alcantarillado, escribió: “Muy bien el alcantarillado, pero no estaría de más que para demostrar que somos dignos de él, no se permitiese que estén los aledaños de la Catedral, convertidos en excusado público, donde ante las barbas de los agentes de la autoridad hacen niños, adultos y ancianos, sus necesidades mayores y menores”. Días después, propuso al Concejo llevar el agua a las casas, antes que el alcantarillado. Un tema hoy candente, que lo fue también entonces, es de la emigración de los jóvenes salmantinos a la que Unamuno se opuso en diciembre de 1912. Cuando se produjo su destitución rectoral, escribió al director del periódico una carta abierta el 4 de septiembre de 1914, diciéndole que se le había despachado como a un perro.

Cerramos esta introducción a la tertulia con las palabras escritas por Unamuno en el artículo “Retórica y sinceridad”, publicado en El Adelanto el 1 de septiembre de 1901, donde expresaba a los salmantinos su código de conducta sin fisuras ni duda alguna: “La falta de sinceridad esclaviza a los hombres a una absurda consecuencia y los petrifica en una ridícula invariabilidad de convicciones, pues cuando sienten en su interior la voz de la vida y de la verdad, la ahogan. Nada más bello que la sinceridad”.  No olvidemos que su lema fue: “La verdad por encima de la paz”.

Mesa redonda: «Unamuno personaje singular»

El día 14 de junio se celebró en la Sala de la Palabra la mesa redonda titulado: ”Unamuno, personaje singular”. Moderó la mesa el vocal de Relaciones Institucionales de la Asociación Román Álvarez.

El primero en intervenir fue el catedrático de Historia Contemporánea Manuel Redero, bajo el título: ”Unamuno, intelectualidad y política”. Estas son unas brevísimas notas de su intervención:

Los intelectuales son considerados como fuerzas favorables al progreso de la sociedad. Son producto del pensamiento ilustrado que desemboca en la Revolución Liberal y en el capitalismo. No hay intelectuales hasta que no nacen los espacios públicos de debate.

Hay intelectuales muy diferentes. En el S. XIX  nace el intelectual Romántico que teoriza sobre la sociedad y que quiere guiar al pueblo. Se da sobre todo en Francia.

Unamuno es el primer intelectual español.  Tiene como característica ser un hombre de gran excelencia, en base a esto se debate en el espacio público, gracias a su autoridad puede opinar sobre casi cualquier cosa. Busca dar sentido a la historia de ese pueblo hablando de valores universales.

Evoluciona hacia el intelectual comprometido, hablan en nombre del sentido de la historia. En este sentido Unamuno y Ortega y Gasset serán los dos puntales. Son intelectuales que salen al espacio público, son publicistas.

Despertar al pueblo, esto es lo que les interesa. Tienen una gran influencia social, y su palabra, intenta concienciar y movilizar a las sociedades. Le interesa concienciar al pueblo que está amodorrado.

Unamuno tiene una gran categoría intelectual que se proyecta en el espacio Público.

Al profesor Redero le siguió el filósofo Luis Andrés Marcos, que esbozó unas ideas sobre: ”Unamuno, profesor y rector”

Destacando la “alterutralidad de D. Miguel” Unamuno es uno y otro.

Unamuno habla del hombre íntegro.

En cuanto a profesor, nos comenta Luis que, era reacio a seguir  programas y métodos, Unamuno era un comentador de textos literarios, para él, su misión era inquietar las almas, agitar los espíritus. Señalando que la pedagogía de D. Miguel es Socrática, porque persigue que se aprenda a pensar por uno mismo. Sócrates no adoctrinaba, sino que hacía que con sus preguntas los demás pensaran.

Hoy parece que disciplinas como la Filosofía o la Historia  no enseñan, pero sí que lo hacen, porque enseñan a ser hombres.

A continuación tomó la palabra el nieto de Unamuno, Pablo Unamuno, para hablarnos de: ”Unamuno familiar”.

Contó al público allí congregado algunas anécdotas de su abuelo, que nos ayudaron a conocer mejor al hombre que se esconde detrás del intelectual, del escritor, del rector. Unamuno quedó huérfano a los 6 años. Se crió entre lutos y rezos, según confesaría él mismo.

En cierta ocasión oyó a su padre hablar en francés, fue entonces cuando Unamuno descubrió el amor a la palabra.

Siente desde muy pequeño pasión por la papiroflexia, la adquirió durante sus largas estancias en los sótanos de su casa -donde jugaba junto a su primo Telesforo Aranzadi de Unamuno-, para protegerse de las bombas carlistas. Aprendió también a dibujar con el pintor Lecuona que tenía su buhardilla por encima de su casa, en el mismo edificio en que vivía con su familia.

Y cómo no hablar de Concha, la costumbre de D. Miguel. A la que conoció cuando iban a catequesis. Él pertenecía a la congregación de S. Luis Gonzaga, porque quería ser santo. Dice Unamuno: ”Y mi soñada santidad flaqueaba cuando conocí a Concha”.

Concha presidia los actos familiares. Tuvieron nueve hijos. Según cuentan era muy hogareño y familiar. Jugaba con sus hijos, sobre todo con los mayores. Hablaba poco, solo escribía, y tenía un gran sentido del pudor, hasta el punto de que no les leía lo que publicaría al día siguiente. Cuando se lo recriminaron les dijo:” ya pero hoy es mía, mañana será de todos”. Miguel Quiroga Unamuno será su primer nieto.

El día de su jubilación, el 29 de septiembre de 1934, a la que asistieron autoridades españolas, como nunca se había visto, dijo D. Miguel: ”Esto ya no importa, ya no tiene importancia desde que ella murió”.  

Francisco Blanco cerró con su intervención la mesa redonda, que versaría sobre: ”Don Miguel, ese gran desconocido”.

Destacó de D. Miguel que es un personaje único e inclasificable. Que no admite etiquetas. 

Sentía D. Miguel que la mayoría de las declaraciones que se le atribuían eran inventadas. Por eso debemos siempre ir a las fuentes, para evitar que se le sigan atribuyendo falsedades y tópicos con los que el personaje convive y que después es muy difícil clarificar, com hemos podido comprobar hasta hoy en día con ciertos temas sobre los que es difícil arrojar la luz de la verdad.

Tertulia unamuniana: “Unamuno Concejal”

Para poder hablar en esta tertulia, nos ilustramos en las páginas del libro de Francisco Blanco: ”Unamuno concejal” de donde extraigo algunas líneas aclaratorias. Si os interesa el tema, os recomiendo la lectura de este libro de investigación. Aquí solamente os dejo algunas pinceladas de su introducción.

“La ideología política de Unamuno sufrió cambios externos formales a lo largo de su vida, manteniendo siempre un compromiso con el socialismo liberal y la emancipación de la clase obrera hasta el final, aunque su militancia en el partido socialista apenas llegara a treinta meses y se mantuviera en contra de la lucha de clases.

…confirmamos su larga permanencia ideológica en los principios liberal-socialista que comenzó a defender tempranamente, cuando su militancia no formaba parte del proyecto vital que se abría en el horizonte, anticipando el impredecible desenlace en los últimos metros de su vida.

…Unamuno en Salamanca ocupó sillones municipales por voluntad popular y gozó del privilegio de ser el único alcalde honorario perpetuo democrático que ha tenido la villa salmantina en toda su historia.

La preocupación de D. Miguel por culturizar al pueblo haciendo de la sociedad una gran escuela, le llevó a dejar su palabra allí donde tuvo ocasión de hacerlo… cumpliendo así su innata vocación mesiánica junto al deseo de que sus intervenciones agitaran los espíritus y asociaran al sentido político sentimientos nobles elevaran la moral de os oyentes. Con esta intención ocupó tribunales, escribió artículos en periódicos y revistas de la más variada ideología, aportando a la causa redentora de los más débiles y a la superación de los males que afligían a las personas, todo cuanto en su mano estuvo”.

Así acaba la introducción del libro “Unamuno concejal” palabras que nos ayudan a entender mejor esta etapa comprometida con la sociedad en la vida de D. Miguel, que podemos decir que lo sería hasta el fin de sus días: “A tan singular político, que pasó su vida luchando contra todo y contra todos; al concejal que peleó sin desmayo por la honradez en la gestión pública. A quien puso en riesgo su integridad física por no ceder al caciquismo local. A quien dejó oír su voz contra las fuerzas vivas locales. A quien defendió a los obreros exigiéndoles al mismo tiempo compromiso en el trabajo. A quien tomó La voz de los trabajadores en la corporación para reivindicar sus justas aspiraciones. A quien mantuvo durante toda su vida una lanza en defensa de los campesinos y obreros. A este político, ejemplo de honestidad y trabajo, agradecemos con estas páginas su legado y honradez, compromiso y búsqueda de la verdad por encima de la paz.”

En la tertulia se puso de manifiesto que en el 2012 la corporación en pleno, de la Ciudad de Salamanca decide restituir a D. Miguel en todos los cargos, nombrándole por unanimidad Hijo Adoptivo de la Ciudad de Salamanca, Medalla de oro de la ciudad y Alcalde perpetuo.

Se llega a la conclusión de que Unamuno está por encima de unos partidos u otros, siendo reconocido como personaje salmantino de pro y de todos.

Excursión Unamuniana Becedas-Candelario

El sábado 26 de mayo, la asociación quiso visitar dos pueblos salmantinos que fueron importantes en la vida de D. Miguel: Becedas y Candelario. Para conocer de primera mano, los lugares que frecuentaba, qué amigos tenía y por qué la elección de los mismos. Tanto a Becedas como a Candelario, dedicará algunos poemas en el Cancionero.

De la mano de Jesús Gómez Blázquez visitamos los lugares que a D. Miguel más llamaron la atención en Becedas, acompañaron a Jesús en el recorrido el Alcalde de Becedas, Salvador Sánchez Majadas y mujeres del pueblo que de una manera u otra lo representan. Queremos darle las gracias por acompañarnos con tanta dedicación y por su alegría al mostrarnos los rincones más significativos de su localidad, esa que muestran con orgullo, porque en ella estuvieron Santa Teresa de Jesús y Miguel de Unamuno, ayudando esto a engrandecerlo.

Nos servimos del artículo publicado por Jesús Gómez en el número 4 de la revista Nivola  “Unamuno en Becedas: Anecdotario” para contaros los hechos más significativos de la estancia de D. Miguel en dicho pueblo.

Cuenta Jesús que “le producía deleite hablar con personas que eran testigos vivos de la presencia del intelectual en el pueblo”, ”qué distinta forma de interpretar sus actos y sus palabras, y con qué diferencia de carácter me lo pintaban unos y otros. Porque D. Miguel era para unos silencioso y retraído. Huraño y osco para otros. Y era a la vez tan afable y cordial como áspero y esquivo. Eso sí, todos le recordaban con esa aureola que las gentes sencillas colocan sobre las sienes de personajes esclarecidos.”

Sus veranos Becedanos y sus reiteradas visitas dieron pie a una sucesión de sabrosas anécdotas. Reproducimos aquí algunas recogidas por Jesús Gómez, nuestro guía y estudioso de las huellas de D. Miguel en Becedas.

Recordamos lo que aconteció: ”a la fresca sombra de un robledal próximo a la Aceña, donde los muchachos, sin ningún respeto a las gélidas aguas que bajaban de los neveros de Peña Negra, se bañaban. En este marco se produjo la famosa reprimenda que echase a uno de aquellos zagales al que oyera blasfemar: ¿cómo te atreves, mocoso, a ensuciar el nombre de Aquél a quien con tanto afán yo estoy buscando?

Una de las personas que mejor conoció a Unamuno fue Nicolás Sainz, un masón del gremio de los zapateros, hombre afable, abierto y respetuoso. D. Miguel se jactaba de haber enseñado a Nicolás a ponerse la boina al estilo vasco, y Nicolás se sentía orgulloso de servir de guía al profesor en sus excursiones a la sierra.

Nicolás Sainz contó a Jesús Gómez que a Unamuno le gustaba pasear por la Calle Mayor, andando despacio y siguiendo el curso y oyendo el susurro del agua de la añorada regadera que lo surcaba. Que en la misma Calle Mayor en el rincón de El LLamillo, buscaba la quietud y los secretos de la historia de una pequeña fontana del S XIII y que allí, ante ella, desplegaba su silla y solía sentarse. Tomaba nota de sus reflexiones mientras las mujeres sacaban del pocillo cubos de agua para llenar las tinajas de sus casas. Una de aquellas mujeres que sacaban agua de la fuente, con la actitud de cortesía que caracterizaba a las mujeres de Becedas, le ofreció un trago, con el que paliar el sopor del momento.

El pensador frunció el seño, se levantó, recogió su silla, ordenó sus papeles y, como quien se siente víctima de una ofensa, se fue sin decir nada. Este hecho nos lo explica Jesús de esta manera: ”Hoy no me cabe duda de que por medio estaba la alegoría del agua que tanto significó para Unamuno y los poetas de su generación. Ciertamente le habían ofrecido agua quieta, parada, sin vida. Agua en la que él veía muerte, eternidad incierta, agónica esperanza y que no debe beberse cuando tan cerca hay otras que representan a la vida, al la pureza y al continuo movimiento.”

De las anécdotas becedanas pasamos a las de Candelario, guiados por otro unamuniano, Daniel Sánchez Gutiérrez, a él, a la ex alcaldesa del pueblo, dña Ana María Carrón y a la concejala de Cultura Marisa Macías Martín, queremos también agradecerles su compañía y amor en las explicaciones que nos dieron sobre la estancia de D. Miguel en su pueblo.

Nos atenemos al artículo escrito por Daniel Gutiérrez para arrojar luz sobre esta estancia de un ilustre escritor en Candelario.

Dice Daniel: ”Fantasear con las vivencias que pudo encontrar D. Miguel en Candelario es eso, fantasía sobre quien se preguntaba si velaba o dormía. Lo cierto, que nos es dable hablar de conjeturas, es que vino a dar un buen día a este pueblo frontero de Extremadura y gustó de él. Volvió pues reconoció que era lugar para volver.”

Los más viejos de hace ya algunos años, aún recordaban el espectáculo de la figura de D. Miguel caminando al lado del grandote de D. Fili, buen amigo del pueblo y de sus gentes. Tan bueno que ya en sus inicios en la vida pública, ansiando siempre el remediar el mal en sus prójimos, enredó lo que no está en los escritos para hacer realidad un albergue para niños enfermos y pobres del mundo. El aire fresco de la sierra no solo era bueno para curar los embutidos, sostenía el doctor Filiberto Villalobos. Fuera el albergue la causa, o lo fuera otra, lo cierto es que los años 34 y35 del pasado siglo, se hizo uno más del pueblo el famoso intelectual Unamuno y como quiso hacerse uno con ellos, alquiló una casa en que vivir sus días hasta la llegada de septiembre y, con él las obligaciones de la profesión civil.

Los viejos recuerdan haber oído a sus mayores historias de cuando D. Miguel y D. Fili se enfrascaban luego de dejar el fresco del parque en caminata que pasando por las eras llegaba al Humilladero, caminata que se alargaba, calle Mayor arriba, hasta el cantón o esquinazo donde los caminantes se sentaban a la vera misma de la fuente y cuesta de La Romana. Ese cantón o poyo todavía existe, colocado de forma que la sombra les protegía de los rigores del mediodía estival.

Siguiendo el mismo paseo u otro parejo, deja atrás la pajarita del parque, se han ido marcando las pautas que es fácil que en su día lucieran nuestros amigos caminantes con unas pequeñas señales que al paseante actual inviten a parar un momento , leer al maestro Unamuno y así tomarse la ruta haciéndose uno con el entorno, gozar de lo que gozara aquel en su caminar.

 

En Becedas

 

En Candelario

Exposición iconografía unamuniana

La sala de exposiciones de San Eloy acoge la muestra Iconografía Unamuniana, que reúne diferentes obras de más de un centenar de artistas como homenaje a uno de los rectores más famosos de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno. La exposición, que recoge 127 obras entre pinturas, esculturas e instalaciones, es otro de los actos que se incluye en la conmemoración del VIII Centenario de la Usal.
117 artistas procedentes de Salamanca, País Vasco y Madrid han participado en la exposición para rendir homenaje a la figura de Miguel de Unamuno. “Nuestro rector más universal”, como muchos señalaron en la presentación. En total son 127 obras, 86 de las cuales son inéditas, y presentan diferentes tamaños, técnicas y soportes. Lo único que tienen en común es que plasman la iconografía del exrector, porque, como remarcó Francisco Blanco, comisario, “Unamuno es un icono”. Tenía una fisonomía muy definida, una indumentaria propia y se convirtió en un hombre muy popular. Además, le gustaba ser retratado.”.
El alcalde de Salamanca, que inauguró la muestra acompañado del presidente de la Diputación, el subdelegado del Gobierno y otras autoridades, quiso destacar que Unamuno “ayudó a internacionalizar la Universidad”, por lo que en la conmemoración de sus 800 años de historia no podía faltar la mención al rector más conocido. “Repasar su historia es repasar la historia de Salamanca”, añadió.
Por su parte, el actual rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, alabó el carácter cultural de la iniciativa, señalando que la cultura “contribuye a hacernos mejores seres humanos”. Además, quiso destacar los valores de Unamuno, su “capacidad inquisidora, poder crítico y su audacia”.