Excursión Unamuniana. Las Hurdes – Hervás
El sábado 1 de junio, la Asociación de Amigos de Unamuno realizó un viaje a Las Hurdes, en recuerdo del que realizó D. Miguel a esa comarca (Las Hurdes, Las Batuecas, La Alberca y Peña) con Legendre, Chevalier y el “Tío Ignacio”, en agosto de 1913.
- Casar de Palomero – Pinofranqueado
El grupo se dividió en dos, los que quisieron realizar a pie la ruta de 8,8km, de Casar de Palomero a Pinofranqueado y el que optó por visitar en Guijo de Granadilla, el Museo dedicado a Gabriel y Galán.
Los que hicimos la ruta, pudimos disfrutar de un paisaje maravilloso, donde la primavera se notaba en sus flores y árboles, generosos en frutos como los cerezos o los naranjos. El grupo volvió a unirse para comer en el restaurante “Castuo” en Pinofranqueado, a los pies del río Los Ángeles, en un entorno muy agradable.
Fotografías: Elena Díaz Santana
- Casa Museo Gabriel y Galán. Guijo de Granadilla
Tras las huellas de Unamuno en Las Hurdes: Visita a la Casa-Museo Gabriel y Galán en Guijo de Granadilla
El día 1 de junio, un grupo de miembros de la Asociación de Amigos de Unamuno en Salamanca, salimos rumbo a Las Hurdes con la intención de emular, en parte, aquella visita que realizó Unamuno a dicha comarca en 1913, junto con Maurice Legendre y Jacques Chevalier, impactado por el informe del maestro Feliciano Abad, que mostraba la dramática situación de la zona. Dicho viaje quedó reflejado en diversos artículos publicados en ‘El Imparcial’ y en el ‘Diario del viaje a Las Hurdes’. Una de nuestras paradas fue en Guijo de Granadilla, con el fin de visitar la Casa-Museo del poeta José maría Gabriel y Galán (Frades de la Sierra, 1870-Granadilla, 1905). De la mano de un excelente guía recorrimos la casa en la que residió el poeta a raíz de su matrimonio con Desideria García Gascón, emparentada con un terrateniente del lugar, hecho que traerá la tranquilidad material para el desarrollo de su escritura, después de degustar las estrecheces de la vida de un sencillo maestro de escuela en Guijuelo y Piedrahita. Recorriendo las distintas estancias de la casa, nos fuimos adentrando en la vida y obra del poeta, notando que, en sus versos, fluía un compromiso con la realidad y las gentes del mundo rural, quizá emanado de sus orígenes y de su quehacer como labriego, siendo el primero en denunciar con sus escritos la situación de miseria de Las Hurdes. Entre los valiosos documentos que se nos iban presentando, nos encontramos con unas líneas de Unamuno, quien formó parte del jurado en aquellos Juegos Florales realizados en el Teatro Bretón de Salamanca en 1901, en los que Gabriel y Galán fue galardonado por su poema ‘El Ama’, inspirado en su madre y que pudimos leer emocionados durante la travesía. Allí percibimos esa huella indeleble dejada por Unamuno, una vez más, pues mucho tendrá que ver con el encumbramiento de este poeta. Quizá ese compromiso social, esa firme convicción religiosa, esa sensibilidad por los menos favorecidos, como los campesinos de Salamanca y Extremadura, propició una firme relación e intercambio epistolar entre ambos. Interesante fue leer los versos del poeta en dialecto extremeño, ‘El embargo’ o ‘Cristu Benditu’, u otros como ‘Canto al trabajo’, o ‘La espigadora’, conmoviéndonos ante esa labor de diseñar una escritura accesible al pueblo, retratándoles su realidad, pero en verso y ritmo, de modo que la entiendan y sea como un bálsamo en medio de la miseria y el olvido. Así lo dice: “Mi obra (¡pobre obra mía!), es la obra de los ocultos del mundo de la cultura… poesía sana para el pueblo que es su padre”. A pesar de su breve estancia por este mundo, el poeta permanece, especialmente donde dejó estampada su amorosa huella poética; se nota en Frades, Granadilla, donde su memoria permanece y nos lo recuerdan ya sea a través de un busto, una calle, o una casa cargada de recuerdos.
Texto y fotografías: Jaqueline Alencar
- Visita a Hervás
Por la tarde visitamos Hervás, acompañados por Rebeca, una guía que nos mostró el barrio judío y otras zonas de interés de la villa.
Dice la historia que en Hervás en el S. XV se estableció una importante comunidad hebrea con entramados de calles y edificios judíos que conforman la ahora célebre judería de Hervás, donde se conservan edificaciones de la época tal y como fueron originariamente construidas.
Estamos ante una de las juderías mejor conservadas de España.
Después de esta visita a Hervás, volvimos a casa, contentos de haber compartido un día precioso los miembros de la asociación, tras visitar los lugares que tanto interesaron a D. Miguel.
Fotografías: Elena Díaz Santana
Visita Exposición: Viaje al Paraíso. La Divina comedia de Dante
Desde la Asociación de Amigos de Unamuno de Salamanca, tuvimos el placer de disfrutar de una visita guiada por la exposición: ”Travesía al Paraíso: La Divina Comedia de Dante” de la mano de su autor, Miguel Elías Sánchez.
Fue un verdadero honor para nosotros que nos guiaras por esta particular travesía, Miguel Elías. Para los unamunianos «la Divina Comedia» tiene un sentido especial, fue uno de los tres libros que se llevó Unamuno al destierro en Fuerteventura, y son muchas las analogías en las vidas de Dante Alighieri y D Miguel.
Queremos agradecerle la pasión con que trasmite su saber y el amor que pone en cada acto que realiza.
¡Gracias!
Os dejamos un Extracto del artículo que puede leerse en el catálogo de la exposición Travesía al Paraíso.
«Miguel Elías conduce la luminosa travesía» por Manuel Carlos Palomeque.
La exposición de Miguel Elías, plural en su propia concepción a pesar del asunto monográfico que la aglutina, integra diversos materiales y formatos que se rinden al unísono a motivos seleccionados de la Divina Comedia y reproduce fragmentos del poema. Una magna instalación principal compuesta por veinte rollos de papel de fibra de bambú suspendidos, de dos metros y medio de largo y uno metro de ancho cada uno, se acompañan por varios kakemonos japoneses y series de caligrafías de gran tamaño sobre la numerología de la obra, así como por los maravillosos bocetos –dibujos coloreados y pinturas contenidas en cuadernos de apuntes- utilizados por el autor en el proceso de creación de tan airosa realización, junto a un vídeo explicativo de todo ello como colofón. Además en vitrina los tres ejemplares de la Divina Comedia – correspondientes a diferentes ediciones valiosísimas del SXVI que atesora la Biblioteca General Histórica de la Universidad.
Sobrecoge siempre la combinación certera de formas y colores, inclusive de trazos negros de tinta japonesas con ceniza sobre pizarra o tela asfáltica, de que Miguel Elías se vale con talento extremando allí donde fija su mirada. Interpretación personalísima y pletórica del universo de Dante.
Presentación del Documental: «Unamuno en alto soto de torres»

Es un documental que recoge la estancia de D. Miguel en Salamanca, desde que la pisó por primera vez, acabado de casar con Concha Lizárraga, y con su cátedra de griego recién estrenada bajo el brazo, hasta que murió en su casa de Bordadores el 31 de diciembre de 1936. El guión nos muestra a un Unamuno luchador y comprometido con su tiempo, con la Universidad, con la ciudad. Sus afanes como escritor y como hombre, padre de familia, esposo, amigo, sufriente en muchas ocasiones, en lucha siempre, persiguiendo la verdad hasta sus últimas consecuencias.
Con este documental fidedigno y riguroso, hemos dado un paso más en la consecución del objetivo que mueve a la asociación que lleva su nombre que no es otro que promover y difundir la vida, obra y pensamiento de D. Miguel. Agradecer al Ayuntamiento y a la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes su apoyo y colaboración.
Excursión Unamuniana Becedas-Candelario
El sábado 26 de mayo, la asociación quiso visitar dos pueblos salmantinos que fueron importantes en la vida de D. Miguel: Becedas y Candelario. Para conocer de primera mano, los lugares que frecuentaba, qué amigos tenía y por qué la elección de los mismos. Tanto a Becedas como a Candelario, dedicará algunos poemas en el Cancionero.
De la mano de Jesús Gómez Blázquez visitamos los lugares que a D. Miguel más llamaron la atención en Becedas, acompañaron a Jesús en el recorrido el Alcalde de Becedas, Salvador Sánchez Majadas y mujeres del pueblo que de una manera u otra lo representan. Queremos darle las gracias por acompañarnos con tanta dedicación y por su alegría al mostrarnos los rincones más significativos de su localidad, esa que muestran con orgullo, porque en ella estuvieron Santa Teresa de Jesús y Miguel de Unamuno, ayudando esto a engrandecerlo.
Nos servimos del artículo publicado por Jesús Gómez en el número 4 de la revista Nivola “Unamuno en Becedas: Anecdotario” para contaros los hechos más significativos de la estancia de D. Miguel en dicho pueblo.
Cuenta Jesús que “le producía deleite hablar con personas que eran testigos vivos de la presencia del intelectual en el pueblo”, ”qué distinta forma de interpretar sus actos y sus palabras, y con qué diferencia de carácter me lo pintaban unos y otros. Porque D. Miguel era para unos silencioso y retraído. Huraño y osco para otros. Y era a la vez tan afable y cordial como áspero y esquivo. Eso sí, todos le recordaban con esa aureola que las gentes sencillas colocan sobre las sienes de personajes esclarecidos.”
Sus veranos Becedanos y sus reiteradas visitas dieron pie a una sucesión de sabrosas anécdotas. Reproducimos aquí algunas recogidas por Jesús Gómez, nuestro guía y estudioso de las huellas de D. Miguel en Becedas.
Recordamos lo que aconteció: ”a la fresca sombra de un robledal próximo a la Aceña, donde los muchachos, sin ningún respeto a las gélidas aguas que bajaban de los neveros de Peña Negra, se bañaban. En este marco se produjo la famosa reprimenda que echase a uno de aquellos zagales al que oyera blasfemar: ¿cómo te atreves, mocoso, a ensuciar el nombre de Aquél a quien con tanto afán yo estoy buscando?”
Una de las personas que mejor conoció a Unamuno fue Nicolás Sainz, un masón del gremio de los zapateros, hombre afable, abierto y respetuoso. D. Miguel se jactaba de haber enseñado a Nicolás a ponerse la boina al estilo vasco, y Nicolás se sentía orgulloso de servir de guía al profesor en sus excursiones a la sierra.
Nicolás Sainz contó a Jesús Gómez que a Unamuno le gustaba pasear por la Calle Mayor, andando despacio y siguiendo el curso y oyendo el susurro del agua de la añorada regadera que lo surcaba. Que en la misma Calle Mayor en el rincón de El LLamillo, buscaba la quietud y los secretos de la historia de una pequeña fontana del S XIII y que allí, ante ella, desplegaba su silla y solía sentarse. Tomaba nota de sus reflexiones mientras las mujeres sacaban del pocillo cubos de agua para llenar las tinajas de sus casas. Una de aquellas mujeres que sacaban agua de la fuente, con la actitud de cortesía que caracterizaba a las mujeres de Becedas, le ofreció un trago, con el que paliar el sopor del momento.
El pensador frunció el seño, se levantó, recogió su silla, ordenó sus papeles y, como quien se siente víctima de una ofensa, se fue sin decir nada. Este hecho nos lo explica Jesús de esta manera: ”Hoy no me cabe duda de que por medio estaba la alegoría del agua que tanto significó para Unamuno y los poetas de su generación. Ciertamente le habían ofrecido agua quieta, parada, sin vida. Agua en la que él veía muerte, eternidad incierta, agónica esperanza y que no debe beberse cuando tan cerca hay otras que representan a la vida, al la pureza y al continuo movimiento.”
De las anécdotas becedanas pasamos a las de Candelario, guiados por otro unamuniano, Daniel Sánchez Gutiérrez, a él, a la ex alcaldesa del pueblo, dña Ana María Carrón y a la concejala de Cultura Marisa Macías Martín, queremos también agradecerles su compañía y amor en las explicaciones que nos dieron sobre la estancia de D. Miguel en su pueblo.
Nos atenemos al artículo escrito por Daniel Gutiérrez para arrojar luz sobre esta estancia de un ilustre escritor en Candelario.
Dice Daniel: ”Fantasear con las vivencias que pudo encontrar D. Miguel en Candelario es eso, fantasía sobre quien se preguntaba si velaba o dormía. Lo cierto, que nos es dable hablar de conjeturas, es que vino a dar un buen día a este pueblo frontero de Extremadura y gustó de él. Volvió pues reconoció que era lugar para volver.”
Los más viejos de hace ya algunos años, aún recordaban el espectáculo de la figura de D. Miguel caminando al lado del grandote de D. Fili, buen amigo del pueblo y de sus gentes. Tan bueno que ya en sus inicios en la vida pública, ansiando siempre el remediar el mal en sus prójimos, enredó lo que no está en los escritos para hacer realidad un albergue para niños enfermos y pobres del mundo. El aire fresco de la sierra no solo era bueno para curar los embutidos, sostenía el doctor Filiberto Villalobos. Fuera el albergue la causa, o lo fuera otra, lo cierto es que los años 34 y35 del pasado siglo, se hizo uno más del pueblo el famoso intelectual Unamuno y como quiso hacerse uno con ellos, alquiló una casa en que vivir sus días hasta la llegada de septiembre y, con él las obligaciones de la profesión civil.
Los viejos recuerdan haber oído a sus mayores historias de cuando D. Miguel y D. Fili se enfrascaban luego de dejar el fresco del parque en caminata que pasando por las eras llegaba al Humilladero, caminata que se alargaba, calle Mayor arriba, hasta el cantón o esquinazo donde los caminantes se sentaban a la vera misma de la fuente y cuesta de La Romana. Ese cantón o poyo todavía existe, colocado de forma que la sombra les protegía de los rigores del mediodía estival.
Siguiendo el mismo paseo u otro parejo, deja atrás la pajarita del parque, se han ido marcando las pautas que es fácil que en su día lucieran nuestros amigos caminantes con unas pequeñas señales que al paseante actual inviten a parar un momento , leer al maestro Unamuno y así tomarse la ruta haciéndose uno con el entorno, gozar de lo que gozara aquel en su caminar.
En Becedas

En Candelario

Exposición iconografía unamuniana
