Tertulia Unamuniana: Unamuno y Bilbao

Unamuno y Bilbao.

Vasco “por todos los sesenta y ocho costados -según dijo él mismo- , de casta, de nacimiento, de educación y, sobre todo, de voluntad y afecto».

De mi Vizcaya, de mí Bilbao, la simiente; de mi Castilla, de mi Salamanca, el fruto

Además de escritor genial, Unamuno fue catedrático, rector, crítico, filósofo, dibujante, filólogo, políglota, matemático, traductor, naturalista… y según su paisano Baroja vidente y profeta. Baroja no sentía ninguna simpatía por Unamuno y afirmaba de él, que era en todo intransigente, la quintaesencia del egotismo; era español; no había nada como España; vasco, nada como ser vasco; de Bilbao, lo más curioso del mundo era ser de Bilbao; vivía en Salamanca, no había ciudad como Salamanca.

Pero no solo había nacido a la vida en Bilbao, sino que fue en Bilbao donde se forjó su espíritu (lo dice en1919)

En aquel Bilbao del 2 de mayo de 1874; en aquel Bilbao que había salido de las machinadas y no había entrado en las huelgas; en aquel Bilbao aprendí a anhelar lo inasequible, a tener sed y hambre de lo infinito y de lo eterno; en aquel Bilbao prometí culto a la libertad, a la claridad y a la pureza del espíritu. El Pazagarri me sirvió de ara gigante del sacrificio del alma civil de la historia que jamás se cierra y siempre está acabada”.

Tertulia Unamuniana: El caso Ferrer

El caso Ferrer.

Francisco Ferrer Guardia, nació en1859, provenía de Alella, un pequeño municipio de Barcelona. Descendía de una familia de campesinos de clase media, con un fuerte sentimiento católico. No acudió a la escuela por primera vez hasta los 12 años. Es entonces, tras acabar su formación básica, cuando marchó a Barcelona y trabajó en el ferrocarril.

Republicano convencido, Ferrer Guardia se exilió a París tras el fracaso de golpe de estado de Ruíz Zorrilla en 1886. Allí dio clases de castellano a adultos y continuo su formación política de forma autodidacta. Ideólogo de una enseñanza racionalista, fundó La Escuela Moderna, achacaba a los dogmatismos católicos como una de las lacras de la sociedad española. Renegaba de ellos y aspiraba a que, mediante la luz de la razón, los niños conocieran su mundo de una forma crítica con respecto al mundo.

Ferrer Guardia fue víctima de la represión, derivada de un atentado en el Madrid de 1906, al paso de la carroza de Alfonso XIII, el anarquista Mateo Morral lanzó una bomba desde la ventana de su pensión a la carroza del monarca. Fallecieron casi treinta personas, si bien los reyes no sufrieron daños. Por este acto fueron condenados a prisión un gran número de militantes anarquistas, entre ellos, el propio Mateo Morral, quien cometió el delito y que había hecho de bibliotecario en la Escuela Moderna. La antigua vinculación con Mateo Morral hizo de Ferrer un chivo expiatorio. Fue ejecutado, también, ese mismo año y su muerte levantó ampollas en los círculos intelectuales,

Unamuno, el inconformista por excelencia -alejadísimo de cuanto Maura significaba- se sublevó contra la mitificación de Ferrer. Su desahogo epistolar con Jiménez Illundain es de una contundencia extrema: “Se fusiló con perfecta justicia al mamarracho de Ferrer, mezcla de loco, tonto y criminal cobarde”. Sí, es verdad que Unamuno condenó a Ferrer en los términos expresados, pero no es menos cierto que supo rectificar, aunque fueran transcurridos ocho años de aquellos sucesos. En un artículo titulado Confesión de culpa, publicado el 7 de diciembre de 1917 en el periódico el Día, de Madrid, reconoce su error en los siguientes términos: Mis lectores me permitirán que descargue mi conciencia de una culpa que sobre ella pesa hace ya ocho años”. (Obras completas tomo X).

 

Tertulia Unamuniana: Pensamiento de Unamuno condensado en frases

Pensamiento de Unamuno condensado en frases.

Unamuno fue un gran escritor cuyas palabras y obras inspiraron y siguen inspirando a artistas y pensadores. Un ejemplo famoso fueron las palabras del 12-10-36: “Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir…”.

En realidad, parece que lo que Unamuno dijo fue:

Vencer no es convencer y hay que convencer, sobre todo y no puede convencer el odio a la inteligencia que es crítica y diferenciadora, inquisitiva, más no de inquisición” (Severiano Delgado).

Recordar otras palabras escritas como:

Pues sí, soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo y el españolismo es mi religión”. (Niebla).

O aquello de:

La libertad no es un estado, sino un proceso; solo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe. Solo la cultura da libertad”.

Tertulia Unamuniana: Unamuno en Madrid

Unamuno en Madrid

En septiembre de 1880 llega a Madrid el joven Miguel de Unamuno, sin haber cumplido aún los dieciséis años, para incorporarse a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central.

Como otros muchos estudiantes se instala en una humilde pensión en el centro «La casa Astrarena». Luego se irá cambiando buscando algo más cómodo en una ciudad que no le parecía, en absoluto, acogedora. Así lo refleja: «una ciudad triste y sola, sucia, deprimente y trasnochadora».

En su primer curso universitario encuentra un «maestro» en Marcelino Menéndez Pelayo, que, curiosamente, será el único que no le califique con sobresaliente.

Con el tiempo, las carencias de la enseñanza universitaria, el espíritu cerrado y obtuso de algunos catedráticos le llevan a refugiarse en el Ateneo.

 

Tertulia Unamuniana: Unamuno y el Padre Cámara

Unamuno y el Padre Cámara.

Tomás Genaro de Cámara y Castro, el Padre Cámara, nació en Torrecilla de Cameros en 1847. Cantó su primera misa en 1870, con disculpa papal al no haber cumplido los 21 años. En 1883 fue nombrado Obispo auxiliar de Madrid y Obispo de Salamanca en 1885.

Bajo su mandato y, desde 1885 a 1895, se construyeron diez iglesias nuevas y se repararon noventa y siete; más tarde se construyó la de San Juan de Sahagún, consagrada en 1896.

Ya había mantenido una fuerte disputa ideológica con el famoso jurista Pedro Dorado Montero y a la llegada de Unamuno a Salamanca, en 1891, se convirtió en su enemigo más hostil. Se censuraron obras de Unamuno e intentó varias veces la destitución de rector y a punto estuvo de conseguirlo en más de una ocasión.

 

 

Tertulia Unamuniana: Cuando a la familia Unamuno le tocó la lotería

Cuando a la familia Unamuno le tocó la lotería

Unamuno nunca tuvo muy claro que la lotería les tocase de verdad y no fuese una maniobra orquestada por alguien: «¿Querrás creer que todavía no acabo de creer lo de que a tu madre le tocase el premio gordo? Por todas partes veo maniobras para atraerme a esa y que ceda en mi campaña». (Carta a su hijo Fernando).