Hacer posible el proyecto de difundir la vida, obra y pensamiento de Miguel de Unamuno, bien merece el empeño de intentarlo, colaborando a hacerlo realidad.
Hay un tiempo para cada cosa y un espacio vacío, por pequeño que sea, para ocuparlo en restaurar y mantener la memoria de quien tanto ofreció a la humanidad.
No son muchas las ocasiones que brinda la vida para compartir proyectos dignos de trabajar por ellos con el entusiasmo que merecen.
La creencia en un personaje y la afinidad ideológica con el mismo, obliga a difundir su legado y a comprometerse con la lucha por la verdad que él mantuvo.
Dejar pasar la oportunidad de colaborar en el logro de los objetivos propuestos por la Asociación, hubiera defraudado mi compromiso unamuniano con el personaje.
El esfuerzo común de los asociados hará posible que la utopía quimérica de los proyectos se haga realidad concreta y gratificante para los implicados en ellos.
Las aspiraciones no cristalizan sin el esfuerzo y la colaboración de quienes apuestan por ellas, convencidos de la bondad natural que las acompaña.
La defensa de la verdad, el compromiso social, la libertad de conciencia, el rigor intelectual, la entrega familiar, el decoro moral, la honradez personal y la firmeza en las ideas fundamentales, son los pilares que nos sostienen tras los pasos de don Miguel por la vida.