La conferencia: ”Pleitos de Unamuno” fue impartida por el catedrático de Derecho Fernando Gómez de Liaño González, la presentación corrió a cargo de Francisco Blanco, presidente de la Asociación.

Gómez de Liaño hizo un breve recorrido por la vida de Unamuno en Salamanca,  y que contribuyó a dar a conocer el nombre de Salamanca.

Su primer contacto con la obra de Unamuno, es de 1959, en la biblioteca de su padre, ahí tomó conciencia de su obra, interés que continuaría leyendo las obras de los escritores González Egido y Blanco Prieto. Señaló que en Unamuno hay un afán de buscar la verdad, ya sabemos su lema: ”Antes la verdad que la paz”.

D. Miguel tuvo una vida plena de conflictos, los pleitos eran cosas sin importancia, al lado de los que había tenido fuera del juzgado.

El primero digno de reseñar, es el conflicto que mantuvo consigo mismo. Unamuno vivía en una angustia permanente y la obsesión por la muerte que no le abandonaba. Hemos de recordar que en una de sus crisis estuvo tres días recluido en el Convento de San Esteban, él decía: ”Soy un cartujo en busca de una fe que se me escapa”.

Conflicto con Salamanca: es el que tuvo lugar el 12 de octubre de 1936, en el Paraninfo de la Universidad. En ese acto él no pensaba hablar, pero habló. Tras lo acontecido en ese lugar, el claustro le da la espalda, el ayuntamiento le destituye como concejal y casi todos sus amigos del Casino le dan la espalda también. Siente entonces la soledad y se recluye en su casa de Bordadores, donde dos meses después moriría.

Un periódico local, publicó un artículo donde decía que en la Plaza Mayor había una guadaña, que cortaba la cabeza a quien sobresalía. Esto es lo que le pasó a Unamuno, por sus ideas y porque no pudo defenderse de las destituciones del rectorado. En referencia a su contencioso frente a su destitución, dirá:” recibí una notificación pura y simple”.

Se topó con la ley por su espíritu inquieto. Su vida fue una rebelión continua con la ley. Vivió una etapa de inseguridad jurídica donde decía que “te podía pasar cualquier cosa”.

Discutió con Sabino Arana, Ortega, Marañón, en Salamanca sus enemigos ideológicos fueron el Padre Cámara, que decía que Unamuno defendía heréticas doctrinas, con Prieto Carrasco, quien mostró cierto desencanto hacia D Miguel, sin agresividad y también con Dorado Montero, aún estando enemistados, cuando éste murió Unamuno escribe un artículo que lee en el cementerio, dando esto medida de su calidad humana.

D. Miguel también discutió con la clase política, esto le llevó al destierro en la isla de Fuerteventura, donde escribió “Romancero del destierro”.

A la llegada al poder de Primo de Rivera, Unamuno, desde su óptica personal, se cree obligado a hacer un llamamiento a la conciencia nacional a unirse a los políticos liberales para hacer un frente que impida la consolidación del régimen. Y se moviliza contra la dictadura al igual que otros intelectuales, y es procesado.

Unamuno vivió bajo el reinado de Alfonso XIII, la República y el régimen incipiente.

En la cárcel visitaba a Filiberto Villalobos, vio a mucha gente encarcelada sin saber por qué. Se interesó por bastante de ellos. El 12 de octubre de 1936, en el acto del Paraninfo, llevaba en el bolsillo de su chaqueta, una carta de la esposa del pastor protestante Atilano Coco, que le pedía a D. Miguel que intercediera para que su marido fuera liberado.

En 2006, post mortem, se tuvo que dilucidar en los tribunales la propiedad de unas cartas de Unamuno, en propiedad de Manuel Villén, para su estudio y publicación sin que posteriormente fueran devueltas, Villén declaró que Felisa, la hija de Unamuno, se las había donado en agradecimiento por la publicación de las obras completas del escritor, el juez lo desestimó por la que pasaron a ser propiedad del estado, hoy están en la Casa Museo del escritor.

Desde este espacio, queremos agradecer a Fernando Gómez de Liaño que compartiera con nosotros esta conferencia sobre los pleitos de D. Miguel desde el punto de vista de un jurista.

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