Tertulia Unamuniana: Unamuno y el Padre Cámara

Unamuno y el Padre Cámara

Tomás Genaro de Cámara y Castro, el Padre Cámara, nació en Torrecilla de Cameros en 1847. Cantó su primera misa en 1870, con disculpa papal al no haber cumplido los 21 años. En 1883 fue nombrado Obispo auxiliar de Madrid y Obispo de Salamanca en 1885.

Bajo su mandato y, desde 1885 a 1895, se construyeron diez iglesias nuevas y se repararon noventa y siete; más tarde se construyó la de San Juan de Sahagún, consagrada en 1896.

Ya había mantenido una fuerte disputa ideológica con el famoso jurista Pedro Dorado Montero y a la llegada de Unamuno a Salamanca, en 1891, se convirtió en su enemigo más hostil. Se censuraron obras de Unamuno e intentó varias veces la destitución de rector y a punto estuvo de conseguirlo en más de una ocasión.

 

 

Tertulia Unamuniana: Cuando a la familia Unamuno le tocó la lotería

Cuando a la familia Unamuno le tocó la lotería

Unamuno nunca tuvo muy claro que la lotería les tocase de verdad y no fuese una maniobra orquestada por alguien: «¿Querrás creer que todavía no acabo de creer lo de que a tu madre le tocase el premio gordo? Por todas partes veo maniobras para atraerme a esa y que ceda en mi campaña». (Carta a su hijo Fernando).

 

 

Tertulia Unamuniana: Unamuno publicista juvenil

Unamuno publicista juvenil

Unamuno, desde muy joven (15 años), comenzó a escribir artículos de prensa que enviaba, al principio con pseudónimos, a la prensa nacional e internacional. Durante varios años fue una importante fuente de ingresos para su numerosa familia. 

 

 

Tertulia Unamuniana: Unamuno en Cantabria

Unamuno en Cantabria

Unamuno, de quien todos conocemos su afición por los largos paseos, ascendió en 1909 al Castro Valnera, fue un defensor de las asociaciones de excursionistas, tanto que abogaba por su fomento por razones de «patriotismo».

Don Miguel estuvo en Cantabria en 1923, sólo un año antes de su exilio, invitado por su amigo, el conocido crítico literario y escritor José Mª de Cossío, a su Casona de Tudanca, en el Valle del Nansa. Allí en Tudanca se hará amigo de D. Ventura, el sacerdote, y de D. Escolástico, el maestro. Tras su estancia en Tudanca pasó un par de días en Torrelavega, hospedándose en el Hotel Bilbao. Durante esta visita inicia unas amistades duraderas, entre éstas la que tiene con el Dr. Bernardo Velarde y D. Enrique D. Madrazo.

 

 

Tertulia Unamuniana: El hereje Unamuno de Pildain

El hereje Unamuno de Pildain

El obispo de la diócesis de Canarias entre 1936 y 1966 don Antonio Pildain Zapiain, nacido en Lezo (Guipúzcoa) el 17 de enero de 1890 y fallecido en Las Palmas de Gran Canaria el 7 de mayo de 1973, fue un enemigo acérrimo de don Miguel. Escribió el 19 de septiembre de 1953 una carta pastoral con el título: Don Miguel de Unamuno, hereje máximo y maestro de herejías.

Acusaba Pildain a Unamuno de «El mayor hereje español de los tiempos modernos» por afirmar que: «Fe no es creer lo que no vimos, si no crear lo que no vemos, crearlo, vivirlo y consumirlo», «La fe es querer que dios exista», «La fe consiste en crear a dios», «La incertidumbre aliada a la desesperación forma la base de la fe», «La fe que no duda es muerta»… y así siguió relatando hasta 45 puntos.

No solo se puso en contra de la creación de la «Casa Unamuno» en Salamanca, en 1964, también se opuso  a la apertura de la «Casa museo Pérez Galdós» en Las Palmas por parecidas razones.

 

Tertulia Unamuniana: Los amigos franceses de don Miguel

D. Miguel contó con muy buenos amigos franceses, entre los que destacamos: Camille Pitollet, Maurice Legendre, Jacques Chevalier, Marcel Bataillon, Jean Cassou entre otros, eran profesores, hispanistas y traductores. Manteniendo con la mayoría de ellos una relación de amistad que en algunos casos duraría hasta su muerte en 1936.
Unamuno sintió gran interés por las letras francesas, aunque era una relación de amor-odio, de cierto desdén en ocasiones, definido como misogalismo, es decir, cierta repugnancia hacia la alegría de vivir de que hacían gala y que Unamuno no compartía.

La característica común que encontramos en estos amigos es que muchos visitaron a Unamuno en Salamanca, éste les enseñaba la ciudad, siendo un guía incomparable para ellos. Los académicos franceses se maravillaron de su conocimiento de la literatura y del pensamiento francés además de su amor a Francia.
Con amigos como Legendre recorrió la Sierra salmantina y la región desolada de las Hurdes, la amistad entre ambos, tendría por marco los parajes de Salamanca. Esta relación comenzó en 1909 y duró hasta la muerte de d. Miguel en 1936.
Otro amigo con el que mantuvo una larga y fructífera relación fue Chevalier, expresada en el copioso epistolario cruzado entre ambos. Debieron conocerse en 1911 y su amistad duraría también hasta la muerte de escritor.

La visita a la comarca de las Hurdes que Unamuno realizó a comienzos de 1913 duró cinco días, tendría como protagonistas a Legendre, Chevalier y el tío Ignacio de la Alberca y quedó inmortalizada en el libro de Unamuno: Andanzas y visiones españolas, Legendre también escribió sobre esta región a la que definió como “El corazón de España” resaltando que esta zona no es la vergüenza de España, sino que en cierto sentido es el honor de España, porque ¡ hay que ver lo estoicamente que han trabajado aquellos pobres hurdanos para arrancar un mísero sustento a la tierra ingrata!
Tanto Chevalier como Legendre proveyeron a Unamuno de libros franceses, quien gustaba de informarles sobre sus lecturas.
Otro de sus amigos, Jean Cassou será su agente literario en París, su traductor. El primer libro que Unamuno publica fuera de España es De Fuerteventura a París, vio la luz en la capital francesa y la segunda parte está dedicada por Unamuno a Cassou.
Con muchos de ellos compartió preocupaciones como las luchas políticas y la desazón por el curso político nacional en tiempos de la república, también el destierro en París, donde se encontraba solo, alejado de su familia, invadido por una tristeza profunda, después en Hendaya, desde la que ve, casi oye y desde luego siente su España fronteriza y su regreso a España, además de preocupaciones familiares y la tristeza y soledad que siente tras la muerte de su esposa Concha.