Unamuno sentidor en París

JORNADAS UNAMUNIANAS SOBRE EL CENTENARIO DEL DESTIERRO. 

Os invitamos a ver la grabación de la conferencia: Unumuno sentidor en París, en la que se aborda la estancia parisina de D. Miguel, los lugares que frecuentaba, la importancia que tuvo para él la tertulia de la Rotonde, donde se reunía con intelectuales españoles como: Corpus Barga, Carlos Esplá, Blasco Ibáñez, Eduardo Ortega y Gasset, Joaquín de Luna, etc. los amigos con los que departía sobre anhelos y preocupaciones.

En el exilio de París sintió soledad, morriña y nostalgia. 

De París partirá hacia Hendaya, un lugar donde se sentirá mucho más cerca de su nativa tierra vasca y de España, también de sus familiares y amigos.

Hendaya, tierra fronteriza

JORNADAS UNAMUNIANAS SOBRE EL CENTENARIO DEL DESTIERRO. 

Bajo el título de “Hendaya, tierra fronteriza” se desarrolló una mesa redonda en la que se abordaron los siguientes temas:

El epistolario familiar, El epistolario político y El regreso a Salamanca.

Os invitamos a ver la grabación de la mesa redonda, en la que intervinieron: Daniel Álvarez, Paz Lleras y Luis Gutiérrez Barrio respectivamente. Presentó: Román Álvarez.

Autoexilio. De Fuerteventura a París

JORNADAS UNAMUNIANAS SOBRE EL CENTENARIO DEL DESTIERRO. 

Juana Sánchez Gey, nos habló de lo que supuso para Unamuno Fuerteventura. Basándose en las opiniones de estudiosos de la obra de D. Miguel como Dámaso Alonso, Antonio Tovar, Cirilo Flores o Sebastián de la Nuez y en el libro De Fuerteventura a París, escrito en sonetos que arrojan luz al sentir y al pensar de Unamuno durante los cuatro meses que estuvo en Fuerteventura, destierro insular, que le supondrá consuelo interior, tesoro de salud y nobleza. Es unánime la idea de que en la isla se encuentra consigo mismo. En la nada se le abrió el horizonte de la eternidad.

La personalización del destierro

JORNADAS UNAMUNIANAS SOBRE EL CENTENARIO DEL DESTIERRO.

El 20 de febrero se conmemora el centenario del decreto por el cual Unamuno fue enviado al destierro, un día después el 21,  la salida  de Salamanca hacia su destino final, Fuerteventura.

Os invitamos a ver la grabación de la conferencia en donde Francisco Blanco arroja luz sobre las razones por las que se destierra a D. Miguel, el intelectual que quiso luchar de manera personal contra la dictadura de Primo de Rivera. Unamuno defenderá que el militarismo no va a ninguna parte y que es la inteligencia la que ha de salvar a la patria, defendiendo a ultranza el valor de la inteligencia, tanto que le costó el destierro.

Con estas palabras se despide Unamuno del pueblo salmantino:

“Volveré, no con mi libertad que nada vale, sino con la vuestra”. 

Unamuno y América

Unamuno se refería a América como la América de mis cuidados, defendiendo sobre el castellano un español común.

Muchos han sido los autores que han escrito sobre Unamuno y América: Julio C. Chaves, García Blanco, José Domingo, entre otros, también Unamuno escribió sobre el tema un libro cuyo título es: Algunas consideraciones sobre la literatura Hispano-Americana. Unamuno tiene a Menéndez Pelayo y a Juan Valera como antecedentes preclaros de su pensamiento sobre América latina, Menéndez Pelayo no soportaba por ejemplo el paternalismo con que se les trataba. También abordaron el tema de la hispanidad coetáneos suyos como Azorín, Maeztu y Valle Inclán en su obra “Tirano Banderas”, que apostaba por crear un idioma común como  el que defendía Unamuno.

El padre de Unamuno era indiano, trajo unos 400 libros para la biblioteca familiar, estos libros dieron a Unamuno una nueva visión para entender el mundo, en ellos estará el origen de la formación de su pensamiento. En su interés siempre estuvo el tema del viaje. Acarició el deseo de la aventura americana, fue invitado a Méjico y Argentina, pero nunca se materializó, debido sobre todo a cuestiones  económicas.

Unamuno convirtió Salamanca en un lugar de visita obligada para los intelectuales de América latina. D Miguel era el conversador, el polemizador, se quejaba del escaso interés que había en la península sobre las cosas de América, sobre la literatura hispanoamericana. Reseñó a muchos autores capitales, sobre todo los que tenían relación con España. Mantuvo una actitud muy abierta con los españoles que vivían en América. Destacamos las casi 400 cartas que alberga el Epistolario Americano de Unamuno recogidas por Laureano Robles. Unamuno se convirtió en faro que mantenía la idea de comunidad americana. Los latinoamericanos son hermanos, la idea de fraternidad va a ser fundamental. Mi patria es la lengua por encima de cualquier cosa.

En cuanto a la literatura, se mostró en contra del afrancesamiento de las letras hispanas, defendía más la lengua inglesa y alemana. Si una relación es digna de reseñar es la mantenida entre Rubén Darío y Unamuno. Una relación definida como controvertida en la que hubo altibajos y en donde queda de manifiesto la honestidad intelectual de ambos. Rubén era todo lo contrario a Unamuno, era orgulloso, bebía, era glotón y mujeriego, pero un hombre profundamente espiritual, parece una contradicción. Unamuno no bebía, se cuidaba en las comidas y llevaba una vida ordenada.  Unamuno veía en Rubén Darío lo peor del alma española, sin embargo éste siempre adoró a d. Miguel, viendo en él al más importante pensador de su tiempo, pero la relación entre ambos en un momento dado pasaría de la alabanza a la recriminación dolorida por parte de Rubén.

Unamuno le dedica unas palabras de las que después se arrepentirá: ”Rubén Darío escribe con la pluma que lleva debajo del sombrero”.

En una carta póstuma de Unamuno a Rubén Darío hará una exaltación de su amistad y de sus valores tanto humanos como literarios, postura de defensa que mantendría hasta el final de sus días.

Os recomendamos que veáis la grabación de la conferencia, para ahondar en los aspectos tratados por Francisca Noguerol en profundidad. 

Julián Sorel defraudado con Unamuno

La conferencia la impartió Severiano Delgado Cruz, bibliotecario de la USAL para la Asociación de Amigos de Unamuno de Salamanca, en la Sala de la Palabra del teatro Liceo.
Os dejamos unas leves pinceladas de la misma y os invitamos a verla completa en el vídeo adjunto.

Julián Sorel es el seudónimo utilizado por Modesto Pérez, Ciudad Rodrigo 1876- Madrid 1920. Nació en una familia modesta venida a menos por la muerte del padre, el joven siempre gozó de becas para realizar sus estudios.
En 1898 Fue becario de la Junta de Colegios de la Universidad de Salamanca.
En 1902 Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Salamanca
En 1907 Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid.

Modesto Pérez era un gran seguidor de Unamuno, pero esta admiración termina en 1907, cuando culpa a Unamuno, por entonces rector de la Universidad, de que no se le renovara la beca de la que gozaba.
Muchos son los libros que se escriben en los que se habla de D. Miguel en algunos de ellos con encono, provenientes no solo de la pluma de Modesto Pérez.
Modesto Pérez publicó «Una vuelta por Salamanca» que es como una guía de viajes, tiene un saludo de Pio Baroja, en el que dice entre otras cosas:  ”Tiempo hace que llena Unamuno la ciudad, siendo el más grande e interesante movimiento de ella. No viene siendo en Salamanca menos que fue Carducci en Bolonia”.

En esta línea hay muchos más autores como: José Mª Salaverría-(1914) que en su libro «A lo lejos de España vista desde América», hace una crítica ácida personal y lamentable a Unamuno. Modesto Pérez y Pablo Nougués, publican en 1915: Los precursores españoles del canal interoceánico, Mariano Benlliure Tuero, publicó en 1916 El Ansia, ese mismo año Giovanni Papini, publica Stroncature, Firenze. Donde queda de relieve que Unamuno tuvo mucha importancia en la cultura italiana, resaltando de él que es el espíritu más representativo de su país actualmente. En 1917, Rafael Cansinos Assens publica: La nueva literatura. Los Hermes. Denomina así a los forjadores de la revolución cultural de España.
También escribió sobre Unamuno Enrique Esperabé Arteaga, quedando de manifiesto en sus escritos que tuvieron una relación compleja y complicada, en que sus caracteres y maneras de ser no podían ser más diferentes. Los dos fueron rectores de la universidad de Salamanca.
Julián Sorel, pseudónimo como hemos dicho de Modesto Pérez, escribió otros títulos, hasta 1920, fecha de su muerte, en algunos utilizó el pseudónimo como por ejemplo en La raza.
Llega a crearse un subgénero literario que se dedica a criticar el egocentrismo de d. Miguel y su espíritu contradictorio.
En todos los libros hay reconocimiento a Unamuno como figura significativa de la literatura y admiración por su profundidad y contribución al pensamiento filosófico.